La inflación de septiembre fue 6,2% y acumuló un 83% en los últimos doce meses
El Indec informó el dato del mes pasado y se prevé que en octubre no baje del 6%; cuáles fueron los rubros que más aumentaron
La inflación de septiembre se ubicó en el 6,2% y acumuló 83%
en el último año, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos
(Indec)
De este modo, el índice de precios al consumidor acumuló
66,1% en los primeros nueve meses del año; el Gobierno admitió que este año la
suba de los precios será del 95%, aunque las consultoras prevén que supere el
100 por ciento.
Se prevé que el índice de octubre no se ubique por debajo
del 6% dada la inercia previa y varios aumentos registrados este mes.
En tanto, el índice de inflación porteño del mes pasado
arrojó 5,6% el mes pasado y una suba del 78,4% en el último año; Prendas de
vestir y calzado promedió una suba de 9,3 por ciento en la inflación de la
Ciudad.
En tanto, la escalada de los alimentos sigue siendo uno de
los principales rubros que lideran la suba de la inflación, con su consiguiente
impacto en los niveles de pobreza e indigencia. Este mes, la suba fue de 6,7
por ciento. “La suba de Alimentos y bebidas no alcohólicas (6,7%) fue lo que
más incidió en todas las regiones, dentro de la que se destacó el aumento de
Verduras, tubérculos y legumbres; Aceites, grasas y manteca; y Frutas”, dijo el
Indec.
Nuevamente se destacó el rubro “Indumentaria y calzado” como
el más alto, con una suba mensual de 10,6 por ciento a nivel general y 11,2% en
el GBA.
“A nivel de las categorías, lideró el alza mensual
Estacionales (11,7%) –explicada, en parte, por las mencionadas subas en Prendas
de vestir, Verduras, tubérculos y legumbres, y Frutas– seguida por el IPC
Núcleo (5,5%) y, finalmente, Regulados (4,5%)”, se destacó.
Los últimos relevamientos reflejan una caída fuerte en la
capacidad de compra de los argentinos. Un estudio de Focus Markets, por
ejemplo, arrojó que el consumo en almacenes cayó casi 10% en relación a
septiembre del año pasado. En este caso estaría reflejando al menos
parcialmente que las familias buscan concentrar sus compras en grandes
superficies en búsqueda de mayores descuentos y promociones.
Varios países de la región han tenido incluso deflación el
mes pasado, como los casos de Paraguay y Brasil y la Argentina quedó segunda
después de Venezuela en términos de suba de precios. Esto expone mucho más
todavía la problemática argentina, dado que una parte del Gobierno le echó la
culpa en el arranque del 2022 a la escalada de precios por la guerra entre
Rusia y Ucrania.
La titular del FMI, Kristalina Georgieva, también se refirió
al problema de la inflación e instó al Gobierno a abocarse en la solución del
problema. Según las cifras difundidas durante la asamblea anual del organismo,
la Argentina quedará cuarta este año y tercera el próximo en términos del
ránking mundial de inflación.
Fuentes oficiales indicaron que Sergio Massa abordará de
lleno la cuestión inflacionaria cuando regrese desde Washington, donde
participa hasta esta noche de la reunión anual del FMI, y ya dejó trascender
que tiene distintas opciones en estudio. Habrá nuevas señales de moderación del
gasto público, que junto a la suba de la tasa de interés dispuesta hace algunas
semanas y la fuerte política de absorción de pesos del Central deberían ser la
base de una política para atacar a fondo el problema en el mediano plazo,
aunque la carrera de precios y salarios complica el panorama inmediato.
Al respecto, uno de los desafíos de Massa es frenar la
denominada “inercia inflacionaria”, con reapertura de paritarias que ya se
cierran por encima del 100% y que claramente ponen un piso a la posibilidad de
suavizar la escalada de precios. La economía está cada vez más indexada, lo que
dificulta todavía más cualquier esfuerzo por moderar los precios.
En las últimas jornadas trascendió la posibilidad de llevar
adelante un congelamiento de precios, una medida que siempre fracasó en la
Argentina. Sin embargo, no sería extraño que el ministro convoque tanto a
sindicalistas como a empresarios para moderar fuertemente las pautas de ajuste
previstas para el 2023, con la idea de no avalar aumentos superiores al 60%, en
línea con lo planteado en el Presupuesto 2023, frente a los cálculos de los
privados, que prevén que la inflación llegue al 90% el año próximo.
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