Termas en Puerto Yerua: ex funcionario pone en duda el proyecto, habla de falsos profetas.


Pueblo chico, infierno grande, dice el cuento de Guillermo Martínez. Se llama “Infierno grande” porque el protagonista está atrapado en una situación muy difícil y peligrosa. Con frecuencia asociamos la frase “infierno grande” a una situación muy difícil o peligrosa.

Y es así de peligrosa su réplica en una infinidad de casos, ya que tanto, políticos, como muchos empresarios privados, “focalizan” las grandes obras donde desarrollar sus negocios.

Varios “personajes” se acercan a estos pequeños municipios para “facilitar” las cosas en pos del beneficio del lugar, en este caso que nos ocupa, Puerto Yeruá.

Con conocimiento de causa, podemos decir con certeza, que es en ese pequeño poblado, donde se dio inicio con los primeros estudios de factibilidad tanto geológica, como económica, lo que dio comienzo a la tarea de encontrar potenciales inversores, para la realización de lo que serias las primeras termas de Entre Ríos.

Aquel incipiente municipio encontró en esa ocasión (recién comenzaba como municipio de primera, luego de ser una junta de gobierno), un posible “sueño” que se le fue de las manos por carecer de sustento político provincial, simplemente por intentar desarrollarlo en un espacio “sin votos” (medida egoísta si la hubo). Esos estudios plasmados en un valioso compendio, fue muy vilmente “obsequiado” por el gobierno provincial radical de ese momento, al municipio de Federación, pionero en el desarrollo termal y líder en la actualidad.

Hoy ante la carencia de “ideas=obras”, se recurre a estos pequeños espacios con “agentes iluminados”, para encontrar soluciones en beneficio de la población que recibirá semejante “inversión=torta” de la que muchos pretenden degustar.

Entendemos y comprendemos las carencias, en cuanto a la información e investigación necesaria de un estudio de mercado, que debería tener una inversión importante, que asegure, no solo la sustentabilidad en el tiempo, sino para que no se transforme en una verdadera “mochila de plomo” de un pequeño municipio.

Los balnearios termales de la provincia algunos ya posicionados, tienen un factor de ocupación/asistencia aceptable en contados casos, los demás son deficitarios y son los municipios los que deben cargar con la falta de lucro.

En la actualidad los balnearios termales van perdiendo interés, existiendo nuevas alternativas que se deben explorar y desarrollar con seriedad, las que producirían si, un verdadero impacto en beneficio de la población comprometida por cercanía, como ser una mayor cantidad de trabajos calificados y un mayor grado de ocupación de cama, para mejorar los servicios sin descuidar a que públicos objetivos se tratara de alcanzar.

El municipio en cuestión (Puerto Yeruá) debería escuchar todas las “campanas” sin perder de vista, que hay un pueblo que necesita certezas de continuidad y verdaderas posibilidades de desarrollo futuro, permitiendo el desarrollo integral del atractivo al que además de termas, cuente con un abanico de actividades recreativas vinculadas al mismo.

Por ello, habiendo sido impulsor del primer proyecto termal de la provincia, me permito dudar de los “falsos gestores” que “todo lo saben” e intentan “ayudar” mas por su propio rédito político personal, que en el beneficio general de la población, que espera hace décadas que las Termas de PUERTO YERÚA  se hagan realidad.

Son los propios habitantes de Puerto Yeruá, los dueños de su destino. Está en vuestras manos asegurar la sustentabilidad de desarrollo, que ya fue robada una vez por allá en 1993 y exigir que en esta se haga con el mayor asertividad posible.

Nota de opinión enviada a 7Paginas, por Alejandro Monzón (ex Secretario de Turismo de Puerto Yeruá)

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