Desgarrador: Una tía lucha contra la burocracia de Concordia por el bienestar de sus sobrinos


Una de las miles de historias estremecedoras en nuestra ciudad que hacen que nos planteemos qué tan a disposición y a favor de la gente están las instituciones del estado.

Esta es la historia de Pamela, una mujer concordiense que contó a 7Páginas la fuerte realidad por la que está transitando y cómo el gobierno no le ha brindado las herramientas para sobrellevar su situación.

Su hermana es adicta, vive en la indigencia, y tanto ella como sus hijos subsisten en condiciones deplorables. Los niños duermen en espacios muy pequeños e insalubres, todos amontonados en un colchón de 1 plaza.

En el mes de octubre del pasado año, su hermana abandonó a los hijos dejándolos solos hasta la noche, mientras ellos seguían esperando que apareciera. Al enterarse de la situación, Pamela fue en busca de los menores y se los llevó con ella. Llamó a la comisaría del menor, realizó una denuncia, y recurrió al COPNAF para pedir la custodia de los menores, la cual le fue concedida hasta que se realice la audiencia. Todo esto, en disconformidad de la madre de los niños, la cual también acudió al COPNAF para realizar una queja.

En total, Pamela terminó teniendo en su vivienda 7 niños de los cuales debía hacerse cargo. Su hermana ese día de octubre había abandonado 3, siendo 1 acogido por su hermano y 2 que fueron recibidos por ella. Además de los 2 nuevos niños, ya en su casa estaban viviendo sus 3 hijos y otros dos, que también eran hijos de su hermana, pero estaban bajo su custodia desde antes.

Criar 7 chicos no es fácil, conlleva un gran esfuerzo tanto económico como personal. Por eso, Pamela tuvo que dejar su trabajo para así dedicar su tiempo a los chicos y su cuidado. Pero esto no tuvo una buena reacción por parte de los hijos de su hermana, quienes comenzaron a actuar violentamente, y en base a palabras de ella, no se comportaban de acuerdo a su edad, actuaban como adultos. Estas actitudes eran un resultado de los problemas que tenían y el entorno en el que fueron criados: “Están en una situación vulnerable, de mucha violencia que sufrieron con el padre y la madre, que son personas adictas a las drogas”, mencionó.

A raíz de esto, fue al COPNAF reiteradas veces en busca de ayuda psicológica, monetaria y contención para esos niños. Pero, ante su desesperación y pedidos urgentes de colaboración por parte del estado, no obtuvo más que palabras vagas, sin nada certero ni que le genere confianza de que todo iba a mejorar. En consecuencia, decide empezar a buscar trabajo para mantener a los menores ya que necesitaba urgentemente algún ingreso al hogar. Recurrió nuevamente al COPNAF, donde les comentó lo que le pasaba y les pidió ayuda ya que su hermana no dejaba de ir a su casa a insultarla por no dejarla que esté con los niños, y además, seguía precisando una oferta laboral o una colaboración monetaria.

La solución a esta situación fue que, para que no corten el vínculo, por el día la madre cuide a sus hijos, mientras Pamela sale a trabajar, y de noche vuelvan a su casa de nuevo. Esto fue aceptado por el COPNAF, donde firmaron un acta para llevar a cabo esta planificación.

El 31 de diciembre, los chicos fueron a pasar el día con su madre. Pero nunca volvieron.

Pamela no tuvo más noticias de ellos, no los vio nunca más y tampoco veía que estén en casa de su hermana. Con el pasar del tiempo, le contaron que el padre estaba con los niños, tenía amenazada a la madre (la cual parió un niño hace 1 semana) y los nenes estaban tirados en otro lado.

Al enterarse, fue al COPNAF a contar lo sucedido y le dijeron que investigarían la situación y en la mañana la llamarían. Pero el llamado nunca llegó, y en la desesperación del momento acudió en busca de noticias a María Eugenia Cutro, trabajadora de la institución, quien le informó que finalmente los menores fueron devueltos a la madre. Otra vez, volviendo al mismo calvario de siempre.

Pamela fue luego citada al establecimiento para notificarle que ese mismo día le tenía que restituirle a su madre la nena de casi 2 años que tenía a su cargo, ya que hizo todas las cosas mal y entregó los niños antes de lo pactado. Frente a este planteo, Pamela se resistió y argumentó que todos los papeles fueron firmados y autorizados por ellos, nunca recibió ningún tipo de ayuda, que no pudo manejar la situación y la abandonaron, además de que nunca investigaron donde se encontraban los nenes.

“Ellos autorizaron todos los pedidos y no me asesoraron. No hicieron ni un movimiento”, comenta Pamela, luego de decir que desde la institución del estado nunca asistieron a los menores, no realizaron ningún tipo de seguimiento, y actualmente, los están exponiendo a vivir en una casa donde habitarían en condiciones poco dignas (Foto) . “Me van a desprender de una nena que se acostumbró a vivir acá, y me quieren culpar a mí”, planteó.

Pamela denunció ante la justicia al COPNAF por no hacerse cargo de la situación, y busca que se haga visible la poca responsabilidad con la que los funcionarios se manejan, sin velar por el bienestar de los chicos: “El COPNAF está de adorno, porque los chicos no tienen quien los defienda”.

La institución la amenazó con que podría hacerle una causa penal si recurría a los medios, pero esta tía decidió no callarse, para poder contarles a todos la triste realidad por la que está transitando.

(Foto que describe esta triste realidad: en ese colchón de una plaza y tirado en el suelo, duermen tres menores) 

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