Gustavo Bou y el sueño del club propio: cómo es su proyecto con Nebel, el club que lo vio nacer futbolísticamente
El delantero, que hoy se desempeña en la MLS, es presidente de la institución de Concordia, donde encaró un ambicioso proyecto costeado por él mismo
De chico soñaba simplemente con llegar a la primera del Club
Defensores del Barrio Nebel, institución que compite en la Liga Concordiense de
Fútbol, que en la actualidad cuenta con 12 equipos divididos en dos zonas. No
sabía aun Gustavo Bou que tras sufrir carencias de todo tipo y la pérdida de su
madre iba a lograr debutar en la primera de River y ser parte del plantel
campeón dirigido por Diego Simeone. Mucho menos se imaginaba que iba a dar dos
vueltas olímpicas con Racing e iba a ganarse el cariño eterno de los hinchas de
la Academia. Desde hace cuatro años, Bou está cómodo y feliz viviendo en Boston
y jugando en la Major League Soccer para New England Revolution, pero esa
comodidad no le hace olvidar su Concordia natal y aquellos difíciles años en
que comenzó a patear la pelota, muchas veces descalzo.
Es por ello que decidió ser el presidente de su club de
origen y encarar un nuevo sueño de remodelar completamente las instalaciones.
Eso incluye en su primera etapa nivelar el suelo para construir un nuevo campo
de juego de césped artificial homologado por FIFA e instalar nuevas torres de
iluminación. Además, su proyecto integral de formación apunta a que todas las categorías
tengan nueva indumentaria y también un departamento de psicología y apoyo
escolar. “Quiero que todos los chicos lo aprovechen y disfruten, porque es algo
muy bueno. Lo hago por este sueño que yo tengo y porque soy de acá. No hay otra
historia más que esa”, explica Bou, desde Concordia, Entre Ríos, en entrevista
con LA NACION. En su proyecto en Nebel, club que viste de azul y amarillo, está
invirtiendo parte de su patrimonio personal. Allí anhela retirarse del fútbol.
-Se percibe que tu proyecto en Nebel tiene estrecha relación entre lo que fueron tus inicios con muchas carencias y lo que querés transmitirles a los chicos que viven algo similar y tienen tus mismos sueños ¿Cuáles serán esas enseñanzas?
-Sí, yo aprendí a valorar mucho las cosas por todo lo que
tuve que luchar desde chico para poder conseguir mi sueño de poder vivir del
fútbol. Hoy puedo transmitir eso y al haberme ido bien en mi trabajo tengo la
posibilidad de ayudar al club de donde salí. Soy un chico normal, tranquilo,
muy humilde. La palabra humildad a veces es muy fácil de decir, pero es muy
difícil actuar con humildad. Lo llevo inculcado desde muy chiquito, gracias a
mi papá, mis hermanos, mi familia. Siempre hablamos de que por más que uno no
tenga nada, siempre hay que ser humilde, buena gente, buena persona y a partir
de allí es donde se empieza a construir la palabra humildad. Por ahí todos ven
el lado bueno, que hoy salgo en la tele, hago goles, pero es todo un proceso
desde muy chiquito. Desde los ocho años que tenía el sueño de ser futbolista,
pero la vida me fue demostrando que hay que tener mucha cabeza, mucha
personalidad. No se trata solo de jugar bien a la pelota, sino que también es
algo mental, porque te pasan muchas cosas en la vida, tanto en la cancha como
afuera. Yo siempre cuento la historia de que cuando me tocó irme a los 13 o 14
años a la pensión de River era todo felicidad, era todo lindo, y a los ocho
meses falleció mi mamá. Y ahí dije chau, dejo el fútbol.
-¿Cómo lo sobrellevaste?
-Sentía que no tenía fuerzas y que no las iba a tener, pero
gracias a la psicóloga que tuve en ese momento pude salir adelante y enfrentar
ese momento que no se lo deseo a nadie. La psicóloga me dijo que de 100 chicos
tal vez dos hacen lo que hice yo, de enfrentar la vida, poner el pecho, darle
para adelante. La verdad es que fue muy duro para mí, pero salí adelante, lo
pude enfrentar. No te voy a decir que lo pude superar, porque la muerte de un
familiar es muy difícil de superar, pero supe que lo tenía que hacer, por mi
vieja, por mi familia y por mi sueño. Atravesado eso, supe que cualquier
obstáculo que se me presentara en la vida iba a poder sobrellevarlo. Cualquier
persona tiene problemas en su trabajo y en la vida, pero el esfuerzo tiene su
recompensa. Y cuando a uno le va bien es un alivio, es una alegría, se disfruta
muchísimo y se quiere aferrar a eso y no soltarlo, porque sabe lo que costó.
Eso tiene un reconocimiento principalmente de la familia y de la gente que te
quiere.
-Para aquel que no conoce tu ciudad, ¿qué es el barrio Nebel y cuál es su realidad?
-Más que el barrio Nebel, te hablo de la ciudad de
Concordia, que es una de las ciudades más pobres del país-según un informe del
INDEC de septiembre de 2022, Concordia tiene el 49,2 % de su población en la
pobreza, sólo superado por el 49,9% del Gran Resistencia- y se ha visto en
varias noticias. Estábamos en Boston viendo las noticias y apareció Concordia
en un título como una de las ciudades más pobres del país y me impactó. Mi hija
me preguntó: “¿Eso es lo que a vos te gusta y te hace feliz?”. Fue muy duro que
mi hija con ocho años me hiciera esa pregunta, pero agradezco a la vida que me
haya pasado eso, porque siempre traté de mostrarle la realidad que vive ella y
la realidad que vive mi gente, mis amigos, mi ciudad. Y enseguida lo entendió y
le cambió el ánimo, porque a ella siempre le gustó Concordia y cada vez que
viene acá disfruta de todo. Me pone muy contento poder transmitirles eso a mis
hijas. El futbolista a veces vive en una burbuja y se olvida de la realidad,
por eso trato de enseñar valores, contarles lo que yo pasé y también
demostrarles que ellas deben valorar lo que tienen, porque un día podríamos no
tener más eso y siempre hay que ir para adelante. Eso es mi ciudad y mi barrio,
el Nebel, pero así son muchos barrios de Concordia. Muy humildes, con mucho
amor, mucha pasión, muy familieros. Siempre nos ha costado todo, en todo
sentido.
-Cuando asumiste como presidente, dijiste “voy a hablar poco
pero voy a hacer mucho”, ¿Cómo surgió la idea de ponerte a trabajar para el
club de toda tu vida?
-Desde hace muchos años lo vengo pensando y vengo con muchas
ganas de poder hacer. Como dijiste vos, trato de hablar poco. Sé que este
proyecto va a impactar mucho en todos los sentidos porque es un proyecto en el
club de mi barrio, de donde yo salí. Y esta posibilidad me la permite el hecho
de seguir vigente en el fútbol, por eso quiero empezar de cero con nuevas
instalaciones para un nuevo proyecto deportivo y cultural. La verdad que es
algo muy importante para mí, desde el día uno empecé a disfrutarlo. Cuando se
empezó a demoler todo se me vinieron muchas cosas a la cabeza, pero lo viví con
la alegría de saber que es para algo mejor.
-¿En qué consiste tu proyecto de club?
-Quiero brindarle al barrio Nebel y a la ciudad un club
ordenado, con infraestructura nueva, por eso estamos haciendo un club
totalmente a nuevo. Por mi trabajo estoy acostumbrado a buenas instalaciones y
a clubes ordenados. Y me entusiasma tener eso en mi barrio, con un proyecto con
coordinadores y profesores en formativas, pero no va a ser sólo deportivo, sino
también social y cultural. Quiero traer maestras particulares, traer
conocimiento, psicología, todo lo que por ahí me tocó pasar y no tuve la suerte
de tenerlo en Concordia. Hoy quiero que todos los chicos lo aprovechen y
disfruten, porque es algo muy bueno y lo hago por el sueño que yo tengo porque
soy de acá. No hay otra historia más que esa. Obviamente voy a tratar de
agarrar toda ayuda que venga de buena fe y la única condición es que nadie va a
manejar el club más que yo y la gente que está conmigo en este proyecto.
-¿Cómo tenés pensado que va a ser el acceso de los chicos al
club? ¿Habrá una cuota o será de libre ingreso?
-La idea de este proyecto y mi mensaje es que yo no voy a
regalar nada. A mí nadie me regaló nada y todo lo que tengo fue por sacrificio
y esfuerzo. Y a quienes no puedan pagar una cuota les voy a pedir hacer un
esfuerzo y demostrar a la institución y a los profes que quieren venir al club
a entrenarse y que quieren ir a la escuela. El club los va a ayudar. Vamos a
tener una cuota solidaria para todas las personas que quieran colaborar,
después una cuota social y una cuota deportiva. Para darte una idea, yo hice
una compra invirtiendo más de 16 millones de pesos para que todas las
categorías tengan la indumentaria del club, con la idea de que todos puedan
comprar su combo de ropa y que todos puedan tener su ropa para entrenar. Esto
es un esfuerzo de todos y la idea no es regalar todo, más allá de que de que
todo lo que estoy haciendo sale de mi bolsillo. Estamos buscando la posibilidad
de generar ingresos para mantener todo el club, desde los coordinadores hasta
los profes y todas las cosas que quiero implementar.
-¿En qué modelo te inspiraste para gestionar Nebel?
-¿Te soy sincero? En ninguno. Me basé más que nada en lo que
fui viviendo, de cuando yo iba al club Nebel descalzo o en alpargatas a
entrenar. O a veces no tener pelotas disponibles. Al día de hoy vengo al club y
veo a chicos a los que les pasa lo que me pasaba a mí, que van al playón a
entrenar descalzos o andan en la calle jugando descalzos. A partir de eso
empecé a soñar y reflejar en un proyecto todo lo que yo he vivido tanto en las
inferiores de River como después en primera división. Voy a tratar de traer el
profesionalismo, por así decirlo, al fútbol amateur de acá de Concordia, con
una línea institucional, un modelo de trabajo que va a estar basado en el
respeto, los valores y a partir de allí empezar a armar el mejor equipo posible
para que esto pueda funcionar.
-Más allá de la cuestión formativa, ¿tenés planes de
competir a nivel nacional?
-Sí, obviamente, pero ni lo digo porque estaría saliéndome
del ABC que ahora estoy manejando, porque no quiero que pase lo que les pasa a
muchos clubes, de pensar en el décimo escalón y olvidarse de los otros
escalones anteriores. Yo quiero ir paso a paso y para empezar un proyecto lo
primero es hacer instalaciones nuevas, tener un coordinador, profes, un técnico
en primera y empezar a armar un equipo competitivo. Y una vez que esté la casa
armada y se vaya viendo cómo va creciendo veré para qué estamos, pero no quiero
apurarme, no quiero hacer locuras porque no tengo un objetivo de empezar a
jugar algún Federal, Nacional o Primera División, eso lo veo muy lejos. Tampoco
estoy de acuerdo con que los chicos agarren cualquier campeonato y se vayan.
Los invitan a jugar al Chaco, contratan un colectivo gastando fortunas y se
van, no sé con qué beneficio, pero la idea mía es formar, quedarnos en
Concordia, hacernos fuertes acá y después pensar en pasar del peaje.
Con “pasar del peaje” hace referencia a ese puesto de cobro
vial en la ruta 14 vía Buenos Aires, que se encuentra a 27 kilómetros del
centro y a pocos metros del empalme con la ruta 18 vía Paraná. El peaje,
también, es un límite emocional para los concordienses que vuelven y ya
empiezan a sentirse en casa y es el activador de la nostalgia para aquellos que
se van. Gustavo Bou lo transita cada que vez que se lo permite su agenda,
aunque haya 8.308 kilómetros entre Boston y Concordia. “Siempre digo que
Concordia es la mejor del mundo, mirá que me ha tocado ir por muchos lugares y
hoy estoy en Boston, pero a mí dejame acá en Concordia, en el Nebel”, asegura,
orgulloso.
-¿Cómo es para alguien con tu historia, criado en el Nebel, vivir y jugar en Estados Unidos?
-Es lindo. Gracias a Dios me agarró con 29, 30 años, con una
trayectoria y con la cabeza más madura para mí y para mi familia. Es el primer
mundo, como dicen. A mí me tocaba ir de vacaciones y no tenía mucho la idea de
vivir allá. Y cuando me vino la oportunidad sentí que era el momento y me
adapté muy bien, porque empecé a conocer y a tomarlo con mucha tranquilidad.
Fue una de mis mejores decisiones ir a esa liga. Ya estoy hace cuatro años y
medio y me siento muy feliz y muy conforme con todo lo que brinda el país y su
fútbol, que se está haciendo cada vez más competitivo.
-¿Cómo te llevás con el idioma?
-¡Nooo, mi idioma es concordiense nomás! Como siempre digo,
la pelota no habla (risas).
-¿Cómo vas a hacer para pensar en el próximo partido con New
England Revolution y a la vez estar pendiente como presidente de si quedaron
bien las instalaciones de luz o agua en el estadio de Nebel?
-Bien, tranquilo. Esa pregunta me la hacen siempre mi
señora, mi viejo, mi hermano y mi gente acá: “¿Cómo puede ser que estés en
todo?”. Y gracias a Dios lo llevo bien, sé muy bien el momento en que estoy
jugando y el momento en que puedo hacer otras cosas. Tengo dos psicólogos, uno
deportivo y otro personal y ahí trato de ir viendo las cosas y puedo estar en
todo, por eso disfruto todo lo que tengo. En un momento estaba en Estados
Unidos, lo llamé a mi psicólogo y le dije “siento que me va a explotar la cabeza”,
y me preguntó: “¿Estás mal en tu casa?, ¿estás mal en el club?, ¿estás mal con
tus inversiones?, ¿estás mal con tu perro?”. A todo le respondí que no. “Yo te
puedo sacar el dolor de cabeza o esa sensación de que te va a explotar la
cabeza”, me dijo. “Pero a mí no me preocupa eso. Yo te saco el dolor derivando
las inversiones a fulano, no le das bola ni a tu señora ni a tus hijas, a tu
perro que lo tenga otra persona. Yo te aseguro que te saco el dolor de cabeza,
pero no te puedo garantizar que vayas a tener todo lo que tenés hoy con ese
dolor de cabeza”. O sea, me dio a entender que si tengo esa sensación es porque
estoy pendiente de todo. Me dijo que le metiera para adelante y que no me
preocupara por eso. Yo pensé que me iba a explotar la cabeza hasta que me dio
ese pantallazo y la verdad que tiene razón.
-Entonces no habrá problemas con la doble función…
-No me preocupa hacer las dos cosas a la vez porque valoro
muchísimo a mi trabajo. El fútbol es lo que me llevó a soñar con este proyecto
que hoy tengo. Yo tenía reuniones acá en Concordia a las 10 de la mañana pero
antes me encargaba de entrenarme. Entonces me preocuparé el día que haga otra
cosa y me haya olvidado de hacer mi trabajo.
-No está muy errado pensar que te queda un capitulo en algún
equipo importante de la Argentina, en la primera división, pero luego de eso,
¿habrá un Gustavo Bou presidente-jugador de Nebel?
-Siempre dije que mi sueño era jugar en la primera de Nebel,
yo no volaba más que eso. Y las vueltas de la vida me hicieron debutar en la
primera de River, jugar en varios equipos de primera división, irme afuera.
Tengo todavía esas ganas de poder terminar mi carrera en el club Nebel y obviamente
que no sé en qué momento se me va a dar. Si regreso al fútbol profesional en la
Argentina, la primera opción va a ser Racing. Saben el cariño y el aprecio que
tengo por el club. Si se llega a dar, lo intentaré y, si no, estaré muy
agradecido con toda la gente de Racing y con todo el club porque he pasado
momentos maravillosos. Pero como siempre digo, el fútbol te lleva a donde el
fútbol quiere y no a donde uno quiere. Hoy tengo 33 años y contrato hasta fin
de año en la MLS. No sé si renovaré, si iré a otro club o si volveré al fútbol
argentino, pero hoy no me permito pensar más allá del día a día.
Por Alejandro Panfil-La Nación
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