Puerto Yerua: frente a una comunidad perturbada por la violencia y la droga, el párroco Pablo hace un fuerte llamado a la reflexión
Tras los tristes episodios de violencia ocurridos esta semana con el saldo de un hombre joven muerto, lo que amplificó los reclamos que se vienen haciendo por mayor seguridad y la preocupación del fuerte avance que ha tenido la droga en los últimos tiempos, en esta comunidad del departamento Concordia, que hoy atraviesa un clima de perturbación, el párroco Pablo Méndez, elaboró una nota con el título “la muerte duele, matar la vida duele más”, a la que tuvo acceso 7Paginas, donde manifiesta que se siente en la obligación de pedirles a todos un momento de reflexión.
Textual:
Queridos hijos, no puedo quedar callado cuando veo el dolor
en cada uno de ustedes, en el seno de la familia, en la sociedad, en nuestros
pueblos, colonia y campos, en fin en nuestros barrios.
Dispénsenme un tiempo y reflexionemos juntos, animémonos a
preguntarnos de corazón y crudamente ¿Por qué nos estamos matando? ¿Qué nos
lleva al asesinato?
Muchas cosas duelen en la vida, pero duele más cuando
matamos la vida misma. Matamos la vida cuando en la intimidad de la familia no
hay diálogo, cuando no nos escuchamos, cuando no hacemos el vacio interior para
que el otro pueda expresarse, cuando no aconsejamos bien a los hijos, cuando no
les ponemos límites necesarios y nos desentendemos de ellos. Cuando el esposo,
compañero de vida, no escucha y dialoga con la esposa, compañera de vida, y
viceversa.
Matamos cuando en el barrio, con el vecino no somos
solidarios, no velamos unos por otros, no nos escuchamos en nuestras
necesidades, cuando delinquimos y nos robamos entre nosotros, tomamos lo que no
nos pertenece y que, con esfuerzo y lucha, consiguió el otro.
Matamos cuando en la vida social y civil no somos empáticos,
no bregamos por el bien común, damos vuelta la cara ante la corrupción y
terminamos siendo cómplices del sistema corrompido.
Matamos cuando en la vida de nuestra fe no somos coherentes
con lo que decimos profesar.
Matamos cuando quitamos la vida al semejante, en el vientre
de la mamá, cuando por rencillas y presos de la ira nos dejamos llevar por lo
más bajo y vil, privando de la
existencia al que es igual que yo.
Matamos cuando vendemos drogas, sí, drogas, mariguana,
cocaína etc. Matamos y nos volvemos asesinos. Matamos con el alcoholismo.
Como verán hay muchas formas de matar y volvernos asesinos
de nuestros semejantes, de nuestros hermanos. ¿Que nos está pasando? ¿Por qué
la ira en nuestros corazones, en nuestras vidas? ¿Por qué la intolerancia?
Reflexionemos, pensemos como familia, vecinos, sociedad,
miremos lo más profundo de nosotros mismos y animémonos a un cambio, pactemos
concordia, cordialidad, empatía, solidaridad. Pidamos y trabajemos por la
justicia y nunca por la venganza. La justicia lleva a la paz, la venganza
traerá siempre más muertes.
No matemos más, no nos matemos entre nosotros. No seamos
indiferentes.
Dios los bendiga a todos y cada uno de ustedes.
Padre Pablo Mendez
Párroco de la Parroquia San Isidro Labrador del Yeruá.
PUERTO YERUÁ, COLONIA PUERTO YERUÁ
ESTANCIA GRANDE, CALABACILLA, YUQERÍ CHICO, COLONIA YERUÁ
NORTE,
NUEVA ESCOCIA, CLODOMIRO LEDESMA, ESTACIÓN YERUÁ,
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