Galimberti apuesta al voto de los intendentes


El desafiante de Frigerio en la interna de Juntos por Entre Ríos confía en no sufrir ninguna fuga más en su armado provincial. Al contrario, prepara la ambulancia para los heridos del otro bando. El pase de intendentes de 2022 se detuvo en 2023 y ahora centran la campaña en las peleas municipales. Con las elecciones simultáneas, esperan no quedar huérfanos de presidente.

Los que militan para Rogelio Frigerio y los que lo hacen para Pedro Galimberti coinciden en afirmar que la interna de este año en Juntos por Entre Ríos será bien distinta a la que los enfrentó en 2021. Una cosa es disputar un banca en el Congreso y otra la gobernación de la provincia, a la cabeza de un armado electoral que contiene intendentes, senadores, diputados y concejales. Pero ambos grupos llegan a conclusiones opuestas.

En el campamento de campaña de Frigerio dicen que corren con la ventaja de la expectativa de triunfo que ofrece el ex ministro del Interior a dirigentes del radicalismo que se juegan su propia suerte en sus territorios. Así las cosas, el interés de los aspirantes por acceder o continuar en sus intendencias, como el de los que pretenden ser senadores por sus departamentos, le permitiría a Frigerio vaciar el armado de Galimberti.

En cambio, en el entorno de Galimberti ponen de relieve que nada de eso ha sucedido. La canilla que parecía que se abría con fuerza el año pasado, con el pase de un par de jefes comunales al sector de Frigerio, sólo terminó goteando ¿Y el resto? ¿Por qué siguen con Galimberti  si Frigerio está mejor en las encuestas? Desde su interés individual ¿no les convendría pasarse con el postulante a la gobernación que ofrece mayor expectativa de triunfo?

 “No se van porque los intendentes se sienten ganadores en sus localidades. Los dos que se fueron es porque están débiles en sus ciudades y habían amenazado desde el sector de Frigerio con hacerle una interna”, explica un dirigente que milita en el espacio de Galimberti. Se refiere a los intendentes de Viale, Carlos Weiss, y María Grande, Héctor Solari, que el año pasado abandonaron a Galimberti para sumarse a las filas de Frigerio.

Los armadores del postulante radical a la gobernación afirman que en esta elección el que se pone a la cabeza de la campaña en las distintas localidades de Entre Ríos no es el candidato a gobernador sino el que aspira a la intendencia, junto con sus concejales. “En los pueblos nadie se mata por el gobernador”, afirman.

Son aquí partidarios de la teoría que sostiene que en una elección simultánea los candidatos a gobernador quedan perdidos en el medio de la extensa boleta y que el votante, en el apuro del cuarto oscuro, se fija en los entremos de la sábana: presidente e intendentes.

Dicen también que en la campaña de una elección provincial unificada con la nacional, el gobernador se ve opacado por la discusión presidencial que baja a través de los medios de comunicación porteños, con una importante penetración en Entre Ríos. Y que el proselitismo en el territorio gira en torno a los intendentes.

En estos términos, el sector de Galimberti encara una campaña más “despreocupada”, confiados en que no perderán a nadie en el armado y que, por el contrario, podrían incorporar algún herido que quede fuera del paraguas de Frigerio. Observan que el candidato del PRO, como favorito instalado desde la última elección, tiene demasiados compromisos que atender con su partido, los radicales, los peronistas y los vecinalistas que lo acompañan.

Pegado nacional

Para el sector de Galimberti, el desafío que abre la simultaneidad electoral pasa por obtener un pegado con una fórmula competitiva para la presidencia de la Nación. Saben que Frigerio, como candidato único del PRO, tiene ese frente asegurado, dado que hoy la pelea principal por la candidatura a presidente de la coalición se libra entre dos dirigentes de ese partido: Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. En todo caso, el único problema por resolver para Frigerio sería confirmar el pegado de su boleta con ambos presidenciables.

Para Galimberti, la posibilidad de un acuerdo nacional competitivo tiene dos variantes. La primera es que al menos uno de los dos postulantes a la presidencia de la UCR, Gerardo Morales o Facundo Manes, levante en las encuestas al punto tal de generar expectativa de triunfo frente a los candidatos del PRO. La segunda –que a esta altura ven más viable– es que Morales termine integrando fórmula con Larreta.

En este último caso, pegarían con la fórmula Larreta – Morales. Suponen que el presidente de la UCR nacional se encargará de que ese pegado se haga realidad y que Larreta no despreciará ningún apoyo en su pelea voto a voto con Bullrich. Los números que manejan en el campamento de Galimberti le dan ventaja en Entre Ríos a la presidenta del PRO.

 

Fuente: Página Política

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