Alumno de Feliciano habría sido abusado por sus compañeros. Separaron a tres profesores de sus cargos
El Consejo General de Educación (CGE) dispuso la separación de tres profesores de taller de la Escuela de Educación Técnica Nº 1 Juan Domingo Perón, de San José de Feliciano, en medio de la investigación abierta a raíz de la denuncia por abuso que planteó un estudiante. El hecho habría ocurrido en el patio del establecimiento educativo y se responsabiliza de la agresión a compañeros del alumno.
A los docentes se les reprochó no haber ejercido su
responsabilidad de cuidado sobre los estudiantes y por eso fueron reubicados en
distintos establecimientos, sin estar frente a alumno, y de momento sin ninguna
actividad.
Durante una reunión que se desarrolló el 31 de julio en la
Escuela Técnica Nº 1, el rector Silvio Ruiz detalló los hechos que habrían
ocurrido el 24 de julio, aproximadamente a las 15, cuando “hubo un supuesto
caso de abuso sexual en la institución escolar y se vieron involucrados alumnos
de segundo año, los que debían estar en clases de taller, ya que todos los
profesores estaban presentes ese día, pero no en el espacio que corresponde a
su respectivo taller”.
En esa convocatoria, la supervisora de nivel secundario
Carolina Cherullo puso el acento en el hecho de que “es responsabilidad de los
profesores en su horario de clases todo lo que sucede con los alumnos, ellos
están bajo su cuidado, en caso de que los alumnos necesiten salir para ir al
baño, se sugiere que vayan acompañados, no se les debe prohibir el permiso ya
que existen situaciones que nosotros podemos detectar que realmente se requiere
salir del aula, por lo que se dará aviso al preceptor para que controle a los
mismos”.
El acta que rubricaron las autoridades escolares señala:
“Los profesores manifiestan que, dada la cantidad de estudiantes, muchas veces
se escapan de los talleres C y A en Madera y Metales, que algunas veces tienen
que poner candado a la puerta para que no salgan sin autorización”.
“Se debe tener en claro que debemos posicionarnos en el
lugar que nos corresponde –dijo la supervisora-, cumplir nuestro rol como
profesionales de la educación, marcar límites y mantener un orden para lograr
tener un mayor control sobre el grupo de estudiantes”.
El 22 de agosto, Marisa Leites, directora de Escuelas de
Feliciano, dictó la disposición Nº 73 que detalla que “obran actas firmadas por
los integrantes del Establecimiento educativo e intervención del Equipo
Supervisor en las que se relata la existencia de presunto caso de abuso sexual
en la institución escolar”.
Y que la Dirección de Asuntos Jurídicos del Consejo General
de Educación (CGE) “aconseja en forma urgente proceder a la separación del
cargo a los docentes involucrados y que dejaron ante su proceder errático por
incumplimiento de los horarios correspondientes que sucedieran los hechos que
dieron lugar al supuesto abuso sexual”.
Así, la directora departamental de Escuelas de Feliciano
resuelve reubicar “provisoriamente” a los tres profesores de taller sindicados
de un actuar “errático” en el cuidado de los alumnos “en el turno y horario que
fije el Director Departamental de Escuelas”, que no es director sino directora
y que termina firmando, justamente, Marisa Leites, directora departamental de
Escuelas de Feliciano.
Al ejercer su descargo, uno de los docentes planteó que a
esa reunión del 31 de julio se los citó a reunión en la escuela sin darles
demasiada información: que hubo un supuesto caso de abuso sexual y que en el
hecho estaban involucrados alumnos de los tres talleres de segundo año. “No se
nos dio ninguna otra explicación, no se nos dijo quiénes eran los alumnos
involucrados, ni tampoco el lugar donde habrían ocurrido estos hechos, ni quién
era la supuesta víctima”, dice el descargo.
También planteó que la resolución de separación del cargo se
adoptó sin darle derecho a ejercer su defensa y sin permitirle “conocer
concretamente qué es lo que incumplí, ni alguna forma de dar explicación”.
La orden desde el CGE a la Dirección Departamental de
Escuelas de Feliciano la firmó el abogado Marcelo Correa Ocampo, “el cual sin
fundamentos ni razones, en cuatro renglones, sin previa investigación de los
hechos- hasta donde tiene conocimientos esta parte- aconseja la separación del
cargo del suscrito, acusándome de un `proceder errático por incumplimiento de horarios
correspondientes`”.
Los tres docentes afectados por la medida acudieron por la
misma vía y con similares argumentos. “Que conforme a mi horario las tareas se
desarrollan frente al curso de 13:15 horas a 17:30 horas, con dos cortes que
corresponden a los recreos, el primero de 14:35 a 14:40 y el segundo 16:00 a
16:10, que respecto del primer recreo, el que es próximo a los hechos
denunciados, el suscrito no se retira del aula taller debido a que solo son 5
minutos, durante los cuales, él aprovechó para desenchufar máquinas, acomodar
el taller y elementos de trabajo que los estudiantes pudieren dejar olvidados o
descuidados en su afán por salir al recreo, etc”, dice uno de esos descargos.
Además, niega el cargo de que los tres docentes fueron a una
sala de profesores y que dejaron a los alumnos librados a su suerte en razón de
que “la institución no cuenta con sala de profesores donde podamos recurrir
durante los cortes o cambios de hora”. En ese marco, aseveró, “no resulta
cierto y que también resulta improbable que el suscrito no haya cumplido con
sus horarios y que por eso haya acontecido el supuesto abuso, es decir, el día
de los hechos denunciados el suscrito se encontraba dentro del taller, siendo
además responsabilidad de la preceptoría el cuidado y vigilancia de las
instalaciones durante los recreos y los cambios de horas”.
El caso lejos está de tener un cierre: los tres docentes
afectados iniciarán acciones legales contra el Consejo de Educación.
Al final de su descargo, el docente planteó que “el taller donde el suscrito da sus clases” es un espacio “muy amplio y de alto riesgo, es decir requiere la presencia continua y atenta del profesor, ya que se trabaja con herramientas y máquinas de máximo riesgo, de no estar supervisando, pueden provocarse accidentes o daños de gran magnitud en los alumnos, y por ello el suscrito no debe ausentarse de su espacio-taller garantizando solamente así es resguardo físico de los educandos”.
Pero además, “en el horario que se indica como hora
aproximada en que ocurrieron los hechos, se encontraban presentes las
autoridades de la escuela y el preceptor, docentes que tienen responsabilidades
específicas y acordes al rol que desempeñan”.
Ahora
No hay comentarios.