"Han pasado 40 años", Por Alberto Rotman
Han pasado 40 años y hoy más que nunca la persona que con su conducta, su dignidad y coraje inmortalizo esa fecha, se encuentra más presente que nunca.
El 30 de octubre de 1983, Raúl R. Alfonsín, en elecciones
libres, fue elegido presidente de todos los argentinos, habiendo recorrido el
país con su rezo laico, prometiendo juzgar a los culpables de crímenes contra
la humanidad y así fue. Los jueces de la democracia juzgaron y condenaron a
quienes habían cometidos todo tipo de atrocidades.
Prometió restaurar la Democracia como forma de vida y hoy
cumplimos 40 años en forma ininterrumpida de ella.
Prefirió entregar el poder antes, para evitar que haya
derramamiento de sangre de argentinos contra otros argentinos.
Hoy nuestro país transcurre por senderos muy complicados.
Quienes vivimos el proceso de la dictadura militar y quienes embanderamos
nuestras ventanas aquel 30 de octubre de 1983 miramos con zozobra y espanto a
los dos postulantes que en 20 días alguno de ellos será elegido Presidente de
la Nación.
El desprecio y la ignorancia de uno de ellos cuando afirma,
entre otras barbaridades, que el gobierno de Alfonsín fue el peor de la
historia, y entre otros disparates inaceptables, reivindica la dictadura
militar.
El otro postulante, mentiroso, además de llevar a la
Argentina al desastre financiero y manejar la economía en beneficio propio, sin
importarle el destino de los casi 20 millones de pobres, hoy tiene el
atrevimiento de recitar ese rezo laico, que es el Preámbulo de la Constitución,
con el que Raúl Alfonsín cerraba sus discursos. La gran diferencia está en que
Alfonsín cumplió con nuestra carta magna y el hoy ministro candidato la
interpreta según su conveniencia.
Los jóvenes, son quienes en algún momento lideraran los
cambios necesarios para que nuestra Argentina retome el camino correcto,
recuerden siempre que los países nunca se suicidan, tampoco olvidemos
que los funcionarios del estado deben ser capaces y honestos,
la lucha por los que menos tienen, la protección de la clase media, servir al
estado y no servirse del mismo, el apego a las instituciones y la Democracia
como forma de vida.
Por eso hoy, Raúl Alfonsín esta mas presente que nunca y su
conducta ética debe ser la que inspire a los futuros dirigentes que cargaran
sobre sus hombros el camino correcto.
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