Bordet tuvo su primer triunfo sobre Urribarri


La sanción de la reforma electoral abreviada dejó, en clave de pulseada política, al Gobernador como el triunfador de la contienda. Cómo fue la trama de las negociaciones del Ejecutivo para lograr una abultada mayoría.

Terminada la sesión de la Cámara de Diputados, que le dio sanción definitiva a la reforma electoral abreviada, cerca de Gustavo Bordet vivieron la votación como la frutilla del postre de un largo proceso que transcurrió en las sombras y que terminó con un triunfo importante en clave política.

El Gobernador destrabó una amenaza legislativa cuya llave estaba en manos de Sergio Urribarri. Una muestra de eso se vio hace dos meses cuando el presidente del cuerpo anunció lo que luego iba a lograr: sepultar la ley de agroquímicos. Ante la presencia de ambientalistas en una jornada de debate, el ex mandatario les dijo que su bloque no aprobaría lo que el oficialismo sí acompañó en el Senado. Fue una luz de alarma para el Ejecutivo. A partir de allí el ex gobernador dejó de jactarse que ejerce un acompañamiento estricto a la gestión.

Con el proyecto de código electoral en el cajón y la posibilidad de desdoblar las elecciones como única pretensión se abrió el primer acto de la saga. Ángel Vázquez dijo que cualquier iniciativa de esas características la iba a consultar con Urribarri. Y, además, había otros 15 que estaban en esa posición de no mover un dedo sin consultar al ex gobernador. Bordet comenzó a hablar con los diputados. Algunos encuentros; como los de Marcelo Bisogni, Gustavo Osuna y Alejandro Bahler; los hizo público. Otros tantos no. A Vázquez, que aparecía como la voz del espacio, no se lo escuchó más. Sólo se supo de sus tazas que publicita en Facebook para amortiguar los gastos de campaña. Quiere volver a la intendencia de San Benito.

Edgardo Kueider tendió puentes con Cambiemos, en rigor con los radicales. Encontró dudas allí, entonces recurrió a urribarristas. Acá aparece un dato. Da la sensación que el Gobierno prefiere hablar antes con la oposición que con Urribarri.

No se sabe bien qué se negoció con el ex mandatario, lo cierto es que los proyectos alternativos al del Ejecutivo que se iban a presentar quedaron en el anuncio.

Con Cambiemos la primera conversación fue jurídica. Ante la amenaza de un planteo de inconstitucionalidad que Jorge Monge y Fabián Rogel se encargaron de argumentar públicamente al entender que es la Legislatura quien debe fijar la fecha de elecciones, en el Ejecutivo decidieron fijarla ellos. Con esa decisión vaciaban buena parte de los argumentos para no acompañar la iniciativa. ¿Hablará algún opositor ahora del gasto que ocasionaría desdoblar las elecciones? El archivo de Cambiemos y lo votado anoche no tiene desperdicio.

El otro argumento que solicitó Cambiemos fue el de quitar la cláusula de las minorías para evitar cualquier intromisión legislativa en la vida interna de los partidos. Bordet prometió que mantendrá el 15 por ciento.

En el Gobierno y en la UCR aseguran que el adelantamiento les conviene. A uno porque no hay una referencia nacional que arrastre; a los otros porque alterar el cronograma electoral sacaría de la narrativa proselitista a la gestión nacional que bien no le va. Pero también dejaría afuera de la cancha a Rogelio Frigerio. ¿Esta última cuestión no es una conveniencia para los dos?

Lo cierto es que en el recinto anoche votaron por la negativa Gustavo Guzmán, Emilce Pross y Pedro Báez. Esto es el urribarrismo y el solanismo, quienes se pusieron en la vereda de enfrente de Bordet. Ante una anticipada derrota, quizás hubiese sido mejor acompañar y desdibujar un escenario de debilidad. Sobre todo cuando fueron más que tres los que repudiaron el viernes pasado la “arbitraria violación” de su “derecho de defensa” de Cristina Kirchner.
Pagina Politica


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