Los municipios costeros y la contaminación del río Uruguay y el lago de Salto Grande
Una materia pendiente en la que todos, la provincia
incluida, juegan a mirar para otro lado. La Comisión Técnica Mixta de Salto
Grande (CTM) lleva adelante un proyecto de saneamiento.
El tema, que tratamos varias veces en nuestras páginas y en
oportunidades charlamos con Julio Fochesatto, miembro de la Delegación
Argentina en la CTM, y también con Gabriel Guiano, titular del Colegio de
Profesionales de la Agronomía de Entre Ríos (CoPAER), tiene solución, pero hay
que abocarse a esa tarea con decisión.
En esta semana se informó que este año las emisiones de
dióxido de carbono habrán aumentado un 2,7 por ciento para alcanzar las 37,1
giga toneladas. Para los investigadores del Global Carbón Project -quienes
siguen muy de cerca este tema- eso significa que el efecto invernadero que
sufre la humanidad ha llegado a un punto nunca antes visto, todo producto de la
emisión global indiscriminada de combustibles fósiles y de la industria.
Lamentablemente, cualquier solución a este gran problema
ambiental, tal vez el más importante de todos, no está emparentada con nosotros
sino con las grandes potencias como Estados Unidos, Europa, China y Japón,
quienes siguen siendo los grandes consumidores de carbón a escala global.
La región
Pero en la región en que vivimos hay otras cuestiones que
nos pegan más de cerca y donde la responsabilidad primaria no es de los
gobierno centrales sino de las administraciones locales, y muy posiblemente
también de la provincia. Y es a partir de ahí donde una contribución como
vecinos es posible y bien puede ayudar a hacer una diferencia. Puntualmente nos
referimos a los cursos de agua, y al rol que tienen los municipios de la
provincia sobre la costa del Uruguay, en la contaminación del río y de sus
afluentes. Aunque se hable poco y se sepa menos aún, las municipalidades son
quienes más contaminan al Uruguay -en esta parte de su curso- y sus
tributarios, incluidos arroyos varios y también al río Gualeguaychú.
Es interesante mencionar lo publicado por El Entre Ríos:
“Aguas abajo de Salto Grande, Concordia, Colón, San José, Concepción del
Uruguay y Gualeguaychú, todos ellos sin excepción contaminan el río Uruguay”.
Esto habìa sido advertido a Inquietudes (Canal 4 Chajarí), Julio Fochesatto,
hace ya algún tiempo.
Los municipios tienen una enorme deuda ambiental pendiente
con todos quienes comparten con ellos este ámbito natural, en particular aguas
abajo de la represa de Salto Grande e incluyendo a Concordia, San José, Colón,
Concepción del Uruguay y Gualeguaychú. Aunque más matizado, nada mucho mejor
baja desde el las ciudades del lado uruguayo. Pero también debemos poner
atención en municipios que están al Norte de la represa: Federación y Monte
Caseros, por ejemplo.
Las deficiencias son varias. Van desde piletas de
tratamiento de aguas desbordadas, fracturadas o con fallas, como son los casos
de Colón, vía el arroyo De la Leche, y de San José, vía los arroyos Perucho
Verna y Artalaz, hasta directamente su ausencia, lo que hace que por ejemplo en
ciudades como Concordia la materia fecal vaya al río desde un gran caño
cloacal. Claro que siempre hay una regla de oro que se respeta, y si no
siempre, casi.
Las pérdidas se registran siempre río abajo, con la idea de
que el perjudicado sea no el emisor sino todo aquel que reside más al sur. Tal vez
una excepción sea la de Gualeguaychú, donde a este tipo de conta minación que
llega a la orilla del río homónimo se le agrega otra, la que viene desde el
Parque Industrial de esa ciudad.
La CTM
La CTM, según informó Fochesatto en julio de 2017 a CHAJARI
AL DIA, lleva adelante medidas en resguardo del medio ambiente, asegurando que
“se hizo un relevamiento para saber cómo están las localidades de la región en
cuanto a las plantas de tratamiento y basurales a cielo abierto, y en los
tratamientos de efluentes cloacales, ya que muchos de ellos desembocan en el
embalse. Nuestro propósito es colaborar con estos municipios para que puedan
contar, en un plazo no mayor a nuestra gestión, con el tratamiento de residuos
y el diagnóstico de las plantas cloacales, para permitirnos sugerirles las
medidas correctivas”.
Fochesatto remarcó entonces que si esta situación no se
revierte, “el embalse se convertiría en un basural, por eso hay que avanzar de
manera inmediata en este tema”.
Este es uno de los motivos por los cuales la CTM -al decir
de Fochesatto- colaborará con los municipios para ayudar en soluciones para el
medio ambiente.
Cierto es también que los municipios, por años, no pensaron,
no trabajaron ni invirtieron en soluciones de fondo como lo son las plantas de
tratamiento de residuos y los mecanismos para evitar que los líquidos cloacales
lleguen sin tratamiento al lago o a arroyos que terminan en el lago, y por ende
lo contaminen.
Hay que actuar pensando en qué se le dejará a quienes
vendrán.
Brasil
Pero también hay que tener en cuenta otros puntos cuando se
habla de la contaminación del río Uruguay. La Comisión Administradora del Río
Uruguay (CARU), integrada por Argentina y Uruguay, en realidad sólo se ocupa de
un tercio del extenso recorrido de este extenso curso de agua que tiene 1.800
kilómetros. Unos 1.300 km se ubican en territorio brasileño o compartido con la
Argentina.
El tramo a cargo de la CARU es el embudo, el recorrido
final, que recibe todo lo que viene de río arriba. El 32 por ciento del río
corre por territorio brasileño, un 38 por ciento es límite argentino con Brasil
y solo un 30 por ciento con el Uruguay. Es difícil entender cómo se podría
evitar la contaminación del último tramo
sin trabajar en los dos tercios del recorrido anterior. Sin embargo, desde su
creación en 1975, la CARU siempre fue binacional. Hay aquí, por tato, un
problema grave.
La contaminación que viene de Brasil en el río Uruguay se da
por el desecho de los agroquímicos de los campos o por las industrias, se
informò hace un tiempo desde la CARU.
Tal vez la solución sería pedir desde la CARU que Brasil se
incorpore al tratado internacional para que haya un manejo tripartito del río.
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