“Una provincia sin inversiones públicas ni privadas no puede aspirar al desarrollo”, opino Artusi
Comentábamos recientemente, analizando datos divulgados por
la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, acerca del escaso
dinamismo del proceso de inversiones del sector privado en la provincia de
Entre Ríos, expresa la nota de opinión, del diputado Jose Antonio Artusi.
En efecto, de acuerdo a esos datos, es uno de los distritos
de la República Argentina que menos proyectos de inversión recibió en los
últimos tres años, con sólo doce proyectos que representan apenas el uno por
mil de las inversiones en todo el país.
Sosteníamos en ese momento que la insignificancia de las
inversiones destinadas al territorio entrerriano contrastan notablemente con
las que tuvieron como destino provincias hermanas, aún en el marco de un
contexto nacional signado por dificultades macroeconómicas por todos conocidas.
Lamentablemente esta falta de inversiones privadas se ve
acompañada por una cada vez menor incidencia de inversiones del sector público
provincial.
En tal sentido, el diputado Jorge Monge puso de manifiesto
en una columna publicada el 22 de Enero pasado que Entre Ríos figuraba última
en un cuadro difundido por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal que
compara la composición del gasto en las ejecuciones de presupuesto de las
veinticuatro jurisdicciones, en concreto cuánto gasta cada provincia en inversión
u obra pública, dado que sólo aplica a gastos de capital el 5,5% del total de
sus recursos, mientras que por ejemplo San Juan y Santiago del Estero destinan
el 27% de sus recursos, Misiones (18,1%), CABA (17,2%) y Córdoba (16,6%). Este
dato está referido a las ejecuciones
provinciales de los primeros nueves meses del año 2018 de la Administración
Pública. Acertadamente concluía el
legislador diamantino de la UCR que “la decadencia entrerriana también es
producto de la desinversión”.
Pues bien, podemos afirmar ahora que si miramos la ejecución
presupuestaria completa del año 2018, al 31 de diciembre, el panorama es aún
más desalentador, y que la tendencia que se verifica desde 2015 es francamente
negativa en este sentido.
Si analizamos las ejecuciones presupuestarias de los últimos
4 años podemos llegar a las siguientes conclusiones:
Se advierte una constante subejecución del gasto en
maquinaria y equipos y en construcciones, y en general en gastos de capital, o
sea en inversión real directa. En 2018 se ejecutó prácticamente sólo un tercio
de lo presupuestado para gastos de capital.
La incidencia de los gastos de capital en el gasto total es
cada vez menor, siendo menos del 5% en el 2018 (4,84%), casi la mitad en
términos porcentuales que el valor del 2015.
En maquinaria y equipos, a lo largo de los 4 años se ejecutó
en promedio sólo el 36% de lo presupuestado, y el gasto en este rubro
representó apenas el 0,25% del total en 2018.
En construcciones, a lo largo de los 4 años se ejecutó en
promedio sólo el 34% de lo presupuestado, y el gasto en este concepto
representó apenas el 2,91% del total de gastos en 2018.
Bienvenida la transparencia fiscal para poder acceder a
estos datos, que demuestran que la provincia no está bien, que en estas
condiciones no está en condiciones de aspirar al desarrollo, y que se impone la
necesidad de un cambio rotundo, radical, que innove en políticas públicas
transformadoras que generen condiciones para que las inversiones públicas y
privadas se articulen de manera armoniosa y puedan generar un círculo virtuoso
de crecimiento y generación de trabajo y oportunidades para todos los
entrerrianos.
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