NUNCA MAS: Que es verdad, que es mentira, por; Luis Edgardo Jakimchuk
Estado, sociedad y la verdad devaluada en la política fue la
centralidad del discurso ante la asamblea legislativa del presidente Alberto
Fernández. El presidente mostro de qué
manera su gestión orientará las prioridades para la transformación profunda en
el país. Hizo hincapié en algunos
datos que muestra el mimetismo de la verdad
que desemboco en el desastre que atravesamos los argentinos y que su gobierno
debe asumir.
Deberíamos asombrarnos cuando el FMI contempla que esta
“deuda es insostenible económica y políticamente”?.
No. Si repasamos como han sido los endeudamientos en la historia argentina, encontraremos que
siempre estuvo presente como rasgo común:
la irracionalidad, la desinformación de la gente; la transferencia de excedentes y riquezas del
país hacia el sector financiero internacional y un reducido grupo de Capitalistas
parasitarios.
En esta oportunidad, hay una cuestión que muestra lo
perverso e irresponsable del endeudamiento. El endeudamiento obsceno macrista
ha sido coincidente con la desregulación
financiera y del movimiento de capitales. Y la responsabilidad del FMI de no
haber aplicado sus propias reglamentaciones de no permitirle a la Argentina el
tremendo proceso de fuga de capitales.
Si el presidente tiene por propósito un
“Nunca más a un endeudamiento insostenible. Nunca más a decisiones que
se toman con ínfulas tecnocráticas de la noche a la mañana y de espaldas al
pueblo. Nunca más a la puerta giratoria de dólares que ingresan por el
endeudamiento y se fugan dejando tierra arrasada su paso”, debe ir ineludiblemente a la verdad.
Está en sus decisiones desacralizar las gestiones que ha
realizado el gobierno macrista en materia
política económica y someter a la investigación profunda de cómo se
contrajo la fenomenal deuda y
fundamentalmente visibilizar las estructuras de relaciones implementadas para la usura y el saqueo.
El presidente sabe que la única alternativa para salir de
este laberinto de la insustentabilidad
política – económica se debe poner la correcta información en poder de la gente, porque la
verdad se convierte en un elemento de
equidad, de inclusión y de eficiencia en el control y orientación sobre
decisiones gubernamentales y, no en
manos solo del “elitismo democrático” (la Democracia como selección de élites).
Lo único cierto es que la deuda monumental en término de
desindustrialización, caída del nivel de empleo, retroceso de los salarios
reales, reprimarización de la economía y crecimiento del endeudamiento de las
familias argentinas, se va a pagar y
seguirá siendo un poderoso instrumento de dirección política invadiendo nuestra
soberanía económica.
Para no renunciar a
las convicciones redistributivas. La falta de la verdad, y la poca actividad del Estado en garantizar
el principio de proactividad en las entidades públicas para que expongan la
exacta información a los ciudadanos, la inacción no es el camino.
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