Familia productora prosperó gracias al cultivo de batata
Esteban, Ana y los 5 hijos de la pareja viven en la zona
rural de San José de Feliciano. Han constituido un micro emprendimiento
familiar a partir de la producción de batata.
Esteban comenzó hace más de 20 años como apicultor y
contratista rural, servicio a terceros en lo que respecta a preparación de
tierras, fumigaciones, plantaciones entre otras.
Hace 10 años aproximadamente se dedicó a cultivar maíz y
batata, él comento que inició con la variedad “Pata de rana” que viendo su
potencial sobre las batatas blancas que se venían cultivando en la zona.
Inicialmente y por mucho tiempo hizo ¼ ha porque no contaba con muchas
herramientas y son cultivos que necesitan ser mecanizados para evitar desganos
y dejar de producir.
Hace 5 años es solo batatero e hizo un salto cualitativo y
cuantitativo, sembró 4 ha con variedad libre de virus (beauregard y Covington),
con rendimientos que oscilan entre los 28.000 a 33.000 kg/ha.
Estudioso e interesado en el
tema, observador y participativo de las distintas capacitaciones
brindadas por la Agencia de Extensión Rural INTA Feliciano. Hoy ya maneja
conocimientos de época óptima de siembra, de cómo seleccionar para la
multiplicación del cultivo, sobre la
preparación de suelo, el control de malezas entre otras técnicas para
que obtenga buenos rendimientos.
En la campaña anterior preparó almacigo a través de la
selección de plantas muy productivas (contenían varias batatas de buena forma)
material que luego se expresa en potencial en la chacra.
apoyo familiar, todos están involucrados porque saben que
haciendo bien las cosas los resultados son muy positivos no solo para la
familia sino a otras 7 familias que en gran parte del año trabajan con él.
Esteban y su familia, en estos últimos años han progresado
notablemente producto de las ventas en la zona, pero también han logrado que su
producción sea comprada en la ciudad de Chajarí, mercado que una vez por semana
demanda 3000 kg de batata con valores que iniciaron con $28 a $ 17. Este
comprador ha comentado que él nota una diferencia de la batata producida en
Feliciano, más rústica, dulce y que resalta más su color anaranjado en su pulpa.
Con todo este esfuerzo productivo, pudo sumar a su quinta
otra pequeña, ha comprado tractor, armó herramientas para sembrar y cosechar,
instaló un galpón para resguardar su cosecha. Cuenta además con una
cepilladora-lavadora y herramientas menores que permiten humanizar el trabajo
tanto familiar como de los trabajadores que contrata.
Pero una de las cosas que más enriquece cuando uno lo visita
es que Esteban estos últimos años ha comenzado a reformar el lugar donde vive,
haciendo mejoras en su vivienda, ampliando y construyendo además espacios para
sus hijos.
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