Vuelos de la muerte en Entre Ríos: una causa con testimonios que rompen un largo silencio
Tras la derogación de las leyes de punto final, obediencia debida e indultos, un testigo de identidad reservada se presentó en 2003 ante un juzgado de instrucción de Gualeguaychú y permitió acceder a nuevas revelaciones. A partir de ese relato, un periodista comenzó una investigación sobre casos similares en esa parte del Delta del Paraná.
Los testimonios de los pobladores de Villa Paranacito, en
Entre Ríos, que fueron relevados por un trabajo periodístico tras años de
silencio, resultan ahora determinantes para impulsar el avance de una
investigación judicial sobre los vuelos de la muerte que se llevaron a cabo en
el delta del Paraná durante la última dictadura cívico militar.
Con la derogación de las leyes de punto final, obediencia
debida y los indultos, un testigo de identidad reservada se presentó en 2003
ante un juzgado de instrucción de Gualeguaychú y contó un hecho relacionado con
lo que sucedía en esa zona, ubicada en las islas del Ibicuy.
Fuentes allegadas a la causa contaron que se trataba de un
policía (hoy retirado) que por esos días estaba de novio con una chica, cuyos
padres le contaron que habían enterrado un cuerpo que había aparecido dentro de
un barril metálico de 200 litros, relleno de cemento, y que presumiblemente
había sido arrojado desde un avión.
"Era gente que había visto cuerpos flotando y vio
bultos que caían desde aviones. Es un lugar donde los vuelos de la muerte
tuvieron testigos"
La Justicia no pudo avanzar con el testimonio de este
efectivo -y prefiere no dar a conocer su identidad- porque su novia de entonces
negó los hechos cuando se la convocó a declarar, y se supo que la mujer está
casada con un integrante de la Prefectura Naval que revista en la localidad de
bonaerense de Zárate.
El declarante decidió contar su historia y le reveló los
hechos al periodista Fabián Magnotta, quien en base a ese relato comenzó una
investigación sobre casos similares que durante décadas habían sido silenciados
en esa parte del Delta del Paraná.
"Nos encontramos un día en un plaza de Gualeguaychú. Me
contó lo que sabía y en base a esa historia empecé a recolectar otras historias
similares. Era gente que había visto cuerpos flotando y vio bultos que caían
desde aviones. Es un lugar donde los vuelos de la muerte tuvieron
testigos", señaló Magnotta en diálogo con Télam.
Con los testimonios de lancheros, hacheros, obreros rurales
y docentes, Magnotta compuso el libro "Un lugar perfecto", que se
publicó en 2012 y que devela historias que durante años estuvieron
"silenciadas por el miedo de los pobladores".
"Estamos hablando de un lugar en el cual la presencia
de la Prefectura –entonces una fuerza que dependía de la Marina- era muy fuerte
en la zona, al igual que la policía. Los vecinos tenían miedo de hablar, de
contar lo que habían visto", afirmó Magnotta.
En esa zona del sur de Entre Ríos se dan una serie de
características geográficas que propician que ese lugar fuese
"perfecto" para desaparecer a las víctimas del terrorismo de Estado.
"Hay mucha vegetación, inundaciones, movimientos de
tierra y está cerca de la conjunción del Paraná con el Uruguay, donde hay una
profundidad muy grande. Era como un patio trasero para la represión
ilegal", explicó Magnotta.
El periodista aseguró que hay testimonios que van desde 1976
hasta 1980, y que durante el Mundial de Fútbol se registró una gran actividad
de vuelos en esa zona de Ibicuy.
”Bolsas flotando”
Leticia Cívico es licenciada en Comunicación Social de la
Universidad Nacional de Entre Ríos, y durante su infancia vivió en las islas,
donde las historias de cuerpos en el agua estaban siempre presentes en los
relatos de vecinos y familiares.
Elaboró una tesis de grado sobre la memoria oral de los
habitantes del delta del Paraná, y en un capítulo del trabajo, titulado
"Correr el velo", da cuenta de esas historias.
"Son secretos a voces. Mi papá hablaba de bolsas
flotando, las decía como cosas al pasar. Traté de acercarme a esos relatos que
estaban siempre presentes", contó Cívico a esta agencia.
Uno de los relatos referidos por Cívico es el de Marcos
Queipo (ya fallecido), un lanchero que contó haber visto cuerpos flotando en
una parte del delta en una FM local, durante una entrevista que le hizo Jorge
Temporetti, un antiguo militante del Partido Comunista Revolucionario (PCR) que
durante la dictadura volvió al Ibicuy, donde había nacido para vivir una suerte
de exilio interno.
"En 1993, con unos compañeros armamos una FM y un 24 de
marzo armamos un homenaje y Marcos contó su historia. Él era un lanchero que
trabajaba para la empresa Celulosa, y que en una zona del Arroyo Martínez vio
varios cuerpos flotando. Se acercó a Prefectura a dar la novedad y le dejaron
en claro que no se tenía que meter", reseñó Temporetti.
Y en ese sentido, agregó: "Los milicos le preguntaron
si alguno era familiar suyo. Les dijo que no y entonces le dijeron que se vaya
y no moleste porque si no iba a terminar igual".
2016: se reactiva la investigación
Con los relatos y la información que recopiló, Magnotta
presentó en 2016 una denuncia ante la Procuración General de la Nación, y
ahora, la causa parece haber cobrado impulso.
La instrucción de la causa está a cargo del juez de
Concepción del Uruguay Pablo Seró e interviene la fiscal federal Josefina
Minatta, quienes a principios de año ordenaron varias inspecciones en el delta
del Paraná en busca de testimonios y documentos, junto a integrantes del Equipo
Argentino de Antropología Forense (EAAF) y la abogada Lucía Tejera, querellante
por el Estado nacional.
"Está totalmente probado que existieron los vuelos de
la muerte en la zona por testimonios de gente que vio cómo se tiraban cuerpos
al agua. Ahora debemos establecer de dónde venían las víctimas, en cuales
centros clandestinos de detención habían estado", explicó Minatta a Télam.
Exhumaciones y ADN
La fiscal consignó que en la causa se verifican dos tipos de
hallazgos de cuerpos en base a las declaraciones de los isleños: "Uno son
los barriles rellenos de cemento con los cuerpos adentro y el otro son
cadáveres envueltos en frazadas con las manos atadas con alambres que aparecían
flotando en el agua".
"Sospecho que hubo dos centros que descartaron cuerpos
en la zona. Estamos buscando víctimas, en los cementerios y en lugares donde
pudo haber enterramientos clandestinos. Para eso está prevista en los próximos
días una exhumación en las tumbas de NN que hay en el cementerio de Villa
Paranacito, donde tomará intervención el EAAF", agregó Minatta.
La funcionaria judicial remarcó que "la idea es obtener
muestras de ADN y cruzarlas con datos del Banco Nacional de Genéticos", y
en ese trámite descansa la posibilidad de que la investigación aporte nuevos
elementos.
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