A 38 años del fin de semana en que las calles de la nueva Federación se convirtieron en un autódromo


Sábado 21 y domingo 22 de mayo de 1.983 fueron los días programados para que la nueva ciudad se convirtiera en un autódromo donde se ofrecería un espectáculo extraordinario de los autos pertenecientes la Asociación de Pilotos de Fiat 600 de Concordia que se animaban a llegar a Federación para competir por una fecha del campeonato zonal que ellos mismos programaban.

Los días previos fueron intensos en los trabajos organizativos y de preparación del circuito por parte de la Comisión de Apoyo al Centro de Asistencia Social Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, la cual era la organizadora y era la que propiciaba el espectáculo junto con la Asociación de Pilotos de Fiat 600 (APF600) de Concordia.

Lo programado era correr dos carreras el mismo día, una diurna y la otra nocturna, aprovechando la iluminación pública, pero esa noche, la  del sábado llovió y se postergó para la tarde del  domingo.

El circuito estaba trazado así: parque cerrado sobre la avenida Pio XII, hoy desfilodromo, lugar también en que se largaron las pruebas y a la vez era la recta del "autódromo callejero" en la nueva ciudad.

Se largaba desde el centro de la avenida Pio XII hacia Inmaculada Concepción y por esta hasta calle Los Claveles se ascendía hacia Alberdi siguiendo hasta la avenida 25 de Marzo haciendo el retome sobre una rotonda existente antes de la avenida San Martín. Desde allí se hacía el retome por Yrigoyen hasta Las Rosas para descender hasta la avenida Pio XII. La competencia final tenía 18 giros al circuitos.


El ganador de la carrera final fue Eduardo "lalo" Bonelli con su máquina dorada y su tradicional casco color gris.

Lalo Bonelli

El grueso del público podía apreciar todo desde el "palco" que se construyó para esa ocasión, aprovechando la altura, en el predio donde hoy está la plaza Libertad, antes era un descampado, pudiendo ver casi todo el recorrido de los bólidos coloridos.

Fue un fin de semana fantástico para los habitantes y los visitantes, en especial los seguidores de esta formula de competición que tenía a grandes animadores en sus filas. Y ese fin de semana es un grato recuerdo que los federaenses guardan porque se dio en un momento en que se tenia muy fresco el desarraigo y había que hacer querencia en el nuevo destino y las actividades del fin semana, como en este caso el deporte motor, eran una gran ayuda para ir adaptándose a la vida en la ciudad nueva y el futuro que vendría por delante.

(Texto confeccionado en base a publicaciones de  Diario Federación, consultando el libro "La Reconstrucción " de Eduardo Martínez y publicaciones de la página "Vértigo de Carrera)

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