Pobreza y droga en Concordia, fuerte mensaje de la iglesia católica
Tras conocerse los últimos datos del INDEC que vuelven a ubicar a la ciudad de Concordia como una de las más pobres del país, los sacerdotes emitieron un comunicado donde expresan sus deseos de que los cristianos orienten sus pensamientos para salir de esta situación.
En el comunicado enviado a 7Paginas, también hacen alusión al
consumo de las drogas y expresan que ven con preocupación el asentamiento del narcotráfico.
LA DIGNIDAD DE NUESTROS HERMANOS CLAMA AL CIELO
Queridos hermanos de la comunidad de Concordia:
Días atrás se hizo público el informe del INDEC en donde se
da a conocer que nuevamente nuestra ciudad de Concordia aparece como la ciudad
con mayor índice de pobreza de nuestro país en relación a la cantidad de
habitantes. Este dato nos llama a una profunda reflexión como ciudadanos
cristianos y nos debe interpelar a transitar los caminos que de una vez por
todas nos haga salir de esta situación.
Hablar de pobreza no es solo tocar un tema de economía y
política sino que implica mirar la dignidad toda de la persona y de todas las
personas. Nos duele que en nuestra ciudad crezca la pobreza, el desempleo junto
a la pérdida de la cultura del trabajo, el consumo de droga que destruye, y lo
más preocupante el narcotráfico que silencia, corrompe y nos va volviendo
complices, entre otras tantas consecuencias dolorosas que erosionan el
desarrollo integral de las personas y toda convivencia social pacífica.
Ante esta situación miramos a Jesús que vuelve a decirnos
como a Pedro "¿porqué dudas?” y juntos proclamamos: Concordia, ¡levántate
y camina!
Ante esta realidad que nos interpela, somos convocados una
vez mas a trabajar por la dignidad de todos y cada uno de nuestros hermanos, en
nuestros ambitos de convivencia: familia, trabajo, barrio, escuela,
instituciones, etc., evitando la
indiferencia y el individualismo, porque “cuando priman intereses particulares
sobre el bien común, o cuando el afán de dominio se impone por encima del
diálogo y la justicia, se menoscaba la dignidad de las personas, e
indefectiblemente crece la pobreza en sus diversas manifestaciones”. Como nos
dice el Papa Francisco: "estamos en la misma barca, todos frágiles y
desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados
a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente. En esta barca,
estamos todos… no podemos seguir cada uno por nuestra cuenta, sino
encontrándonos y aportando lo propio de cada uno. Una invitación para trabajar
por la cultura del encuentro, de manera simple como hizo Jesús: no sólo viendo
sino mirando, no sólo oyendo sino escuchando, no sólo cruzándonos con las
personas sino parándonos con ellas, no sólo diciendo "¡Qué pena! ¡Pobre
gente!" sino dejándonos llevar por la compasión; para después acercarse,
tocar y decir: “no llores” y dar al menos una gota de vida".
Aquí estamos como Iglesia “de puertas abiertas y en salida”
que “acoge la vida como viene” y “sale al encuentro de la vida como está”.
Juntos podemos hacer una Concordia que sea casa de todos y en donde todos vivan
dignamente. EN JESUCRISTO SIEMPRE HAY VIDA Y ESPERANZA. Cuidemos entre todos
toda vida de punta a punta, desde el niño por nacer hasta el anciano. Por eso
invocamos a Dios - fuente de toda razón y justicia - por intercesión de Nuestra
Señora del Lujan - Patrona de nuestra Patria - y San Antonio de Padua - Patrono
de nuestra ciudad, para que su gracia nos fortalezca en la esperanza de que juntos
podemos construir la Concordia que soñamos.
Los sacerdotes de la ciudad de Concordia
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