Escalofriante caso: Madre facilitaba y filmaba las violaciones a su hija
Ocurrió en Mendoza
Los relatos volcados en el expediente sorprendieron a los
propios detectives policiales y judiciales, debido a que se trata de un caso
inédito en Mendoza. Anteriormente, hubo investigaciones y hasta sentencias
contra madres por las vejaciones que sufrieron sus hijas, pero siempre por
encubrimiento o facilitación de los ataques sexuales.
Un caso de esas características, pero con un alto grado de
participación de una progenitora, se comenzó a investigar hace más de tres años
en Guaymallén y tuvo su cierre este mes tras la condena del autor de los
abusos.
Fue la mujer, de 48 años, quien denunció a su ex marido
justo después de separarse, por perpetrar reiterados abusos contra su hija
durante casi diez años, desde la niñez hasta la adolescencia, según publica el
diario El Sol de Mendoza.
En medio de la instrucción, los pesquisas secuestraron
varios videos en los que habían sido registradas las violaciones a la menor. Al
examinar las filmaciones descubrieron que la persona que manejaba la cámara era
la denunciante, es decir, la madre de la niña (que ahora tiene 29 años). La
mujer que quiso complicar a su ex y terminó en prisión.
Tras ese hallazgo, se profundizó la investigación contra la
mujer y se constató que tuvo una participación activa en los hechos. No sólo
grababa los videos, sino que también se encargaba de hacer lo posible para que
su hija y el padrastro quedaran solos y así cometiera los ataques.
De acuerdo con fuentes allegadas a la investigación, la
mujer convencía a la pequeña para que no contara sobre la situación a otros
familiares e intentaba naturalizar las vejaciones, asegurándole que se trataba
de algo normal.
Con esas pruebas reunidas por el fiscal de Delitos Contra la
Integridad Sexual Gustavo Stroppiana, la madre de la víctima fue detenida a
fines de 2018. En junio del año siguiente, terminó reconociendo la
participación en los abusos durante un juicio abreviado que acordaron el
representante del Ministerio Público y su defensa.
La jueza María Julieta Espínola, del Juzgado Penal Colegiado
Nº 2, avaló el pacto entre las partes y la condenó a diez años de prisión por
facilitación a la corrupción de menores agravada por el vínculo en concurso
ideal con abuso sexual agravado por el acceso carnal, por el vínculo y por ser
cometido contra una menor de 18 años aprovechando la situación convivencia
preexistente, en calidad de partícipe necesaria.
Luego de la sentencia en su contra, la mujer solicitó en
varias ocasiones el beneficio de la prisión domiciliaria. No obstante, la
Justicia siempre le negó esa posibilidad, por lo que continúa alojada en la
penitenciaria de mujeres.
Escape, captura y condena del abusador
Tras ser detenida la mujer, su ex marido se enteró sobre la
investigación que se estaba desarrollando en su contra y en la que estaba muy
complicado.
Por eso, escapó del país y dio inicio a una exhaustiva
búsqueda a cargo de los efectivos de la División Delitos Contra la Integridad
Sexual, de Investigaciones.
Durante más de dos años, el abusador se movió por el norte
del país, cruzando permanentemente las fronteras hacia Bolivia, Paraguay y
Brasil, para mantenerse en la clandestinidad.
Pero el trabajo de los sabuesos locales, que contó con
colaboración de la Brigada de Investigaciones de la Policía de la Quiaca y de
la Gendarmería Nacional, permitió conseguir la captura del prófugo en febrero
del año pasado, en la provincia de Jujuy.
El abusador de 48 años fue condenado días atrás en un juicio
abreviado.
Fue cuando el sospechoso arribó a la terminal de ómnibus de
esa ciudad fronteriza, que efectivos lo divisaron y consultaron con sus pares
mendocinos. Tras confirmar que se trataba del hombre buscado, lo detuvieron.
Luego de eso, una comisión de policías locales viajaron
hacia el norte del país y trasladaron hasta Mendoza al sujeto, donde fue
imputado por corrupción de menores, abuso sexual simple y abuso sexual con
acceso carnal agravado por el vínculo y por la guarda, todo en concurso real
por tratarse de un número indeterminado de hechos.
Poco más de un año después de quedar tras las rejas, el
padrastro de la víctima se vio acorralado por las pruebas y no tuvo otra opción
que admitir los hechos durante un juicio abreviado a principios de este mes y
lo condenaron a la pena de 14 años de prisión.
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