Con la abolición del «chineo» como bandera


Desde el domingo se desarrolla en Salta el 3º Parlamento Plurinacional de Mujeres y Diversidades Indígenas. Las violaciones sistemáticas niñas y adolescentes de las comunidades, en el centro de la agenda.

El 3º Parlamento Plurinacional de Mujeres y Diversidades Indígenas por el Buen Vivir se lleva a cabo entre el 22 y el 25 de mayo en Chicoana, Salta. Del encuentro participan 36 naciones de los pueblos originarios con el objetivo de fortalecer sus voces, debatir y abrazar la espiritualidad para continuar con su lucha como defensoras territoriales y decir #BastaDeTerricidio #BastadeChineo.

“La lucha que llevamos adelante las mujeres indígenas viene de muchos años, de nuestras abuelas y madres. Continuamos esa lucha por la defensa de nuestros territorios, somos mujeres que estamos comprometidas con la lucha por nuestros derechos, la protección de nuestras niñas y de nuestras hermanas. Porque sabemos que la cultura occidental es avasallante en todas las dimensiones: no tenemos acceso a agua potable, no tenemos acceso a una vivienda digna; no tenemos una seguridad legal en cuanto a nuestros territorios para poder acceder a esos derechos”, denuncia Seila Pérez, del pueblo simba guaraní de Tartagal Salta, integrante del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir. “Somos guardianas de la semilla -sostiene-, tenemos que recorrer muchos kilómetros para buscar semillas madres porque este sistema extractivista es un monstro que avasalla nuestros derechos”.

Por su parte, Neli Curia de la nación mapuche y hermana del Movimiento describe las demandas centrales de este encuentro. “Queremos terminar con este crimen hacia nuestras niñes, que sea tipificado como un crimen de odio racial”, se refiere a la violación sexual cometida contra las niñas de las comunidades de los pueblos originarios, mayormente en las provincias del norte del país, a la que ancestralmente se denomina “chineo”, en alusión a la expresión que le da origen: “Andar de chinas”. Curia agrega que también exigen hablar de terricidio, lo que implica “hablar de todas las formas destructivas que padecemos en los territorios. Vamos a hablar de la educación que necesitamos para un buen vivir”, concluye.

El Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, que organiza esta actividad, fue creado en el 2015 por Moira Millán, weychafe (guerrera) mapuche y activista. Desde 2013, junto a algunas compañeras, comenzaron a recorrer los territorios de los pueblos indígenas y encontraron a otras mujeres atravesadas por las mismas necesidades y problemáticas, entre ellas la racialización. En 2021 se organizaron y realizaron la primera manifestación del movimiento apartidario y plurinacional que respeta la cultura de cada hermana y la espiritualidad de cada pueblo.



“Nosotras, Mujeres y Diversidades Indígenas de las 36 Naciones, tras dos largos años de resistencia activa en nuestros territorios queremos volver a encontrarnos. Somos las denunciantes del terricidio, somos las guardianas de la semilla, defensoras del agua y de los territorios. Nos están asesinando, violan a nuestras niñas y contaminan nuestras cuerpas. Estamos en emergencia humanitaria. El sistema destruye la vida en todas sus formas. El genocidio indígena no ha terminado. Mientras el racismo colonial trabaja para invisibilizarnos, nosotras luchamos por la vida toda”, declara la organización.

Los tres ejes del Parlamento son: “Terricidio y defensoras territoriales” junto a la campaña #BastaDeTerricidio; “pluriversidad”, incluyendo la educación intercultural, la autogestión y la participación de las mujeres indígenas en los medios de comunicación; y los “tipos de violencias hacia las mujeres y diversidades indígenas”, junto a la campaña #BastaDeChineo.

La campaña #BastaDeChineo busca abolir la violación contra los cuerpos de las mujeres y niñas indígenas. El “chineo” proviene de la época de la colonización en la que los españoles llamaban a las mujeres indígenas “chinitas” por la forma de sus ojos. Desde hace siglos, las niñas indígenas sufren violaciones por parte de criollos que poseen poder económico y social, que los eligen a modo de rito iniciático de la sexualidad de las niñas. Como se explica en “Conversatorio sobre Chineo (abusos sexuales sobre las mujeres y niñxs indígenas), racismo y violencia de género”, organizado por el INADI, “el chineo es una práctica colonial que hoy continúa existiendo en manos de los criollos, las empresas transnacionales que operan en nuestros territorios, las fuerzas de seguridad del Estado y el patriarcado que atraviesa las comunidades”.

La localidad elegida para el encuentro es Chicoana, ubicada a 40 kilómetros de Salta en el norte de Argentina. Sobre esta elección, Curia explica que “si hablamos de violencias hacia mujeres y niñas indígenas, violencias de todo tipo, lo que está sucediendo en el norte es alarmante. Es necesario y urgente ver este dolor de cerca para dar las luchas desde ese lugar”. Esto hace referencia a, entre otras cosas, las denuncias que se hicieron públicas en febrero de este año, donde un grupo de mujeres wichis se reunió para visibilizar y pedir justicia por más de 25 hechos de violencia sexual de los cuales fueron víctimas. Muchas de ellas también denunciaron la falta de filiación de hijas e hijos nacidos producto de esos abusos y reclamaron que se reconozca su derecho.

Seila Pérez explica: “Nuestras niñas están en situación de vulnerabilidad en el norte de Salta, tenemos niñas de 12 y 13 años que son madres de dos o tres niños. Y vemos un Estado totalmente ausente en los territorios, tanto el Estado municipal como el provincial y nacional. Históricamente, los patrones de conducta machista nos posicionan como un objeto, que se mira y observa, un objeto de burla, para llegar a la violación, al chineo. Actualmente se naturaliza, no ha cambiado nada”, explica y describe que los hombre dicen: “Me voy a chinear, me voy a pescar”. Pérez denuncia: “Nos violan y nos matan como si fuéramos una cosa, como si nuestro cuerpo no merece valor y respeto”. Para ella esta violencia ancestral debe combatirse culturalmente: “Estos patrones de conducta machista, racistas y genocidas hay que trabajarlos con educación, no solo en el ámbito educativo formal, sino también en la educación no formal, popular y comunitaria. Queremos políticas públicas educativas con participación de la mujer indígena. Nos encontramos todos los días con una justicia patriarcal que nos dice que nos merecemos esa violencia porque estamos viviendo en la tierra de los terratenientes. Inclusive ni la policía está capacitada para poder recibir este tipo de denuncias, porque cuando los terratenientes amenazan de muerte a 20 mujeres, en las denuncias figura como que amenazaron a 20 personas, no mujeres”. Curia agrega: “Esperamos juntes ver cómo seguimos trabajando para terminar con el chineo. Cómo juntes ponemos voz a la injusticia que pasan en los territorios. Vamos a terminar este Parlamento fortalecides”.

En 2018, se realizó el primer Parlamento en Ensenada, La Plata, con la consigan #NosQueremosPlurinacional. El segundo se hizo en 2019, en Las Grutas, Río Negro. La tercera edición del encuentro se pospuso por la pandemia y hoy se realiza en Salta. “Esperamos que en este encuentro haya un despertar de voces de los territorios y también de resistencia, sobre todo en el norte. Porque esto nos va a fortalecer para nuestra lucha y nos permitirá perder el miedo. Ahora vamos a estar unidas y esas voces van a ser la lucha colectiva. Para animarnos a denunciar y no permitir más la violación a los derechos humanos, porque esto es una violación a los derechos humanos”, concluye Pérez.

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