“Frigerio es el menos indicado para pedir confianza”, por Juan Domingo Gallo
El mendaz de Rogelio Frigerio - el ministro más poderoso del gobierno macrista, cómplice de la mentira institucionalizada y de la estafa electoral de Cambiemos - en una reciente columna de opinión reclama confianza.
Es evidente que este Frigerio es el mismo que gobernó junto
a Macri, habida cuenta que su renovada versión, moldeada al tono de la
consultoría y el marketing electoral, se conduce con la misma demagogia que
rigió el discurso macrista en tiempos de Marcos Peña y el duranbarbismo.
Solo así se explica que Frigerio diga que “la política tiene
que volver a ser un lugar de servicio, no un lugar para sé salven o enriquezcan
unos pocos”, teniendo en cuenta, por ejemplo, que que el ex ministro está siendo investigado en
un proceso judicial por “negociaciones incompatibles con la función pública,
aceptación de dádivas y cohecho”, ante una serie de operaciones inmobiliarias
en las que aparece como inversor y, simultáneamente, firmante de la venta de
terrenos fiscales para un emprendimiento relacionado con la constructora de
Nicolás Caputo, estrecho amigo y colaborador de Macri y su entorno.
Sin olvidar que Macri (de quien ahora Frigerio quiere
despegarse) prometió pobreza cero, dijo que no iba a haber ajuste, que la
inflación era lo más fácil de solucionar, que su gobierno iba a ser
transparente, que no iba a perseguir opositores y que gobernando Cambiemos
llegaría una lluvia de inversiones.
Como los entrerrianos bien sabemos, nada de esto ocurrió.
Macri, Frigerio, Bullrich y demás cómplices “del mejor equipo de los últimos 50
años” hicieron todo lo contrario a lo que prometieron, endeudando al país,
rifando sus recursos entre unos pocos privilegiados y llevándolo a una profunda
crisis cuyas consecuencias padecemos aún hoy.
Frigerio, mano derecha de Macri y ejecutor de sus
decisiones, fue impulsor y cómplice de esta construcción falaz y en contra del
pueblo.
Ahora, con la mira apuntada al 2023, promete a los
entrerrianos lo que no hizo ni tuvo voluntad de hacer cuando concentró gran
parte del poder político e institucional en el ministerio que conducía.
¿Deberíamos confiar hoy en el político porteño que estando a
cargo de la obra pública nacional no gestionó ninguna obra de relevancia para
los entrerrianos y, como si fuera poco, frenó todas las obras que estaban en
marcha cuando su gobierno asumió?
Frigerio, ya en campaña y enfocado exclusivamente en la
construcción de su candidatura a la gobernación, se comporta como un estafador
que nos pide la firma de un pagaré, sin advertir que el discurso prefabricado
de las agencias de publicidad ya no alcanza para ocultar la verdad de los
hechos.
Como decía el Martín Fierro “no piensen los oyentes que del
saber hago alarde; he conocido aunque tarde, sin haberme arrepentido, que es
pecado cometido el decir ciertas verdades”.
CONCEJAL JUAN DOMINGO GALLO (PJ)
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