Hablemos de radicalismo en primera persona: los pros y contras de ser mujer y militar en un partido político centenario


Opinión María Laura Renoldi - Militante Radical, Psicopedagoga y Coordinadora de Equipos Técnicos Evolución Radical  Entre Ríos Paraná

“Mi nombre es María Laura Renoldi, de profesión psicopedagoga, hermana, madre, esposa y, además, activa militante de Evolución RADICAL.

Me afilié a la UCR por elección personal y absolutamente consciente,  hace poco más de 12 años.

Durante un tiempo, mantuve una militancia con cierto anonimato y baja exposición, porque entendía que el cargo que desempeñaba en ese entonces, en el ámbito público, así lo requería.

No provengo de una familia radical, ni crecí en comités, tampoco entonaba nuestra marcha. Todas contras,  en un partido que, si bien se caracteriza por convocar a mayorías, no estuvo exceptuado de machismo y misoginia, sobre todo hacia mujeres como yo; que no portamos apellido ni contamos con la bendición especial de nadie.

La UCR, un partido donde el protagonismo, hasta el día de hoy, exige demostrar vasta experiencia y extenso CV en política.

No estoy diciendo que esto último sea incorrecto, pero creo que no es excluyente para encabezar una transformación: un dirigente no se construye sólo en la experiencia, necesita de capacidad de análisis, pensamiento y debate.

Acompañar y formar parte de un proceso político y de gobierno, requiere saber escuchar, consensuar, tener voluntad y vocación de servicio, así como sentido común y, sobre todo, capacidad para gestionar y hacer realidad las ideas que orientan nuestras convicciones.

No obstante, elegí y sigo eligiendo, en cada uno de mis días, ser parte de la UCR.

Elegí afiliarme y ser parte de este partido porque sus bases fundantes, sus valores, y sus ideas me enamoraron, me atraparon sus ideales.

La militancia me llevó a conocer personas con las que comparto sueños y que me contagiaron las ganas y el entusiasmo por ser parte, que además contribuyeron a formar mi concepción de la política como la herramienta más fuerte y poderosa para cambiar la vida de las personas y lograr el estado de bienestar que tanto anhelo para todos los habitantes de mi provincia y nación.

 

Ser parte de una institución política es entender la posibilidad de hacer desde otro lugar, con otras herramientas.

 

Disiento con quienes creen y afirman que hoy el radicalismo está en condiciones de protagonizar por sí solo, disiento con aquellos que sostienen la condición excluyente de ser cabeza y no valoran la construcción como columna vertebral de una coalición.

 

Es de público conocimiento que el radicalismo viene de gestiones algo fallidas, que llevaron a una atomización que nos obligó a retomar discusiones internas y replantearnos varias cosas, formas, actores.

 

Pero hablemos del Radicalismo que quiere ser gobierno, que quiere protagonizar, que quiere ser transformación: como parte de ese Radicalismo, somos miembros de una coalición, y soy de las que defienden y apoyan esa decisión, y lo hago, principalmente, porque creo fuertemente en las construcciones plurales.

 

Hoy, y en función del proceso de transformación que la sociedad entera atraviesa, desterrando viejos mandatos, dando lugar a nuevas voces plurales, generando nuevos paradigmas, un proceso al cual muchas veces nosotros ciudadanos no sabemos cómo acoplarnos, cómo dirimir prioridades e intereses, pienso que nuestro partido político tampoco se encuentra en posición de constituir cabeza y columna, ser pensante, gestor y mano de obra de una ingeniería compleja y amplia, un gobierno con acciones y respuestas acordes a las necesidades y demandas sociales requiere de una construcción más amplia.

 

Creo, además, que la UCR es una institución que sufrió una disgregación y que está en pleno proceso de reestructuración y de renovación; y las transformaciones llevan tiempo.

 

Hoy veo un partido revitalizado, que se está poniendo de pie nuevamente, que desea ser protagonista, que mantiene su vocación de poder, pero que aún no tiene la fuerza, ni el armado necesario para competir por sí solo; pero que sí tiene el coraje suficiente para protagonizar dentro de un frente, que sí tiene la capacidad para gestionar y hacer.

 

Y saben qué? Ser parte de una coalición para nada implica ceder lugar ni espacios. Podemos ser, al mismo tiempo, parte y protagonistas del cambio que la sociedad está pidiendo, reclamando.

Lo que importa es mantener la esencia que siempre caracterizó al radicalismo, y esa esencia se mantiene en cualquier lado al que vamos, si los que estamos sabemos realmente quienes somos y para qué estamos.

 

Mi querido radicalismo puede tener muchas contras, pero tiene grandes cosas a favor: supimos ser lo suficientemente fuerte para levantarnos después de derrotas, sabemos juntarnos en pedazos y volvernos a re-armar, seguimos manteniendo bien alto la bandera de la libertad, la igualdad de oportunidades, la educación como herramienta de crecimiento, de la autonomía e independencia personal, la prevención y promoción de salud como garantía de vida, y podría seguir enumerando, pero lo más importante, nuestra mayor fortaleza, consiste en la capacidad de resiliencia y de escucha atenta y consciente que tenemos para con el pueblo del que somos parte.

 

Y, para aquellos que se  preguntan por qué cedo parte de mi tiempo para dedicarselo a la política, con todo lo que  ayudo a la gente desde el ámbito privado, quiero decirles que la política es también una forma de ayudar, cambia el contexto y la metodología, pero además decirles que hago política desde los 17 años. Hice política cuando fui con acción católica a recorrer barrios en mi ciudad y llevar horas de canciones para su gente; hice política cuando fui docente y escuchaba a cada padre, a cada alumno; hice política cuando fui directora de un servicio de protección de Derechos, quizás no política partidaria pero si comunitaria; y retomando, la decisión que tomé fue salir de mi zona de confort para  cobrar el coraje colectivo para hacer las cosas que hay que hacer; salír de mi zona de confort para sumarme a un espacio desde donde seguir apostando a sueños colectivos, desde donde seguir gestionando y haciendo, solo que con otras formas y en otro equipo”.

No hay comentarios.

Con tecnología de Blogger.