Lena pidió la expulsión de un par de la Cámara de Diputados
La entrerriana Gabriela Lena (UCR) es una de las firmantes del proyecto de resolución para solicitar la expulsión del diputado del Frente de Todos Rodolfo Tailhade por haber dicho que “Negri y la Unión Cívica Radical fueron sodomizados por el expresidente Macri”, entendiendo la sodomización como una expresión encuadrada en la cultura de la violación.
“Sostenemos que sus dichos homofóbicos y la apología de la
violación que hace en sus declaraciones contra la UCR transmiten mucha
violencia”, aseveró la diputada Gabriela Lena, quien firmó el proyecto junto a
Soledad Carrizo, Roxana Reyes, Marcela Coli, Jimena Latorre, Pamela Verasay,
Ximena García y Lidia Ascárate.
Las diputadas radicales solicitaron que se aplique el
artículo 66 del reglamento de la Cámara baja, que dispone la expulsión de un
miembro porque las declaraciones de Tailhade se encuadran en la causal de
“inhabilidad moral sobreviviente”.
El proyecto sostiene que el diputado kirchnerista “violó la
Constitución nacional en los artículos 36, 37 y 67”, y fundamentaron que “estos
dichos implican también una violación a la Convención sobre la Eliminación de
todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y de la Ley 26.485 de Protección
Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres
en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales ya que la
Unión Cívica Radical está integrada por mujeres que se han visto violentadas
con estos dichos”.
“La expresión de Tailhade, repudiable desde cualquier punto
de análisis, merece una sanción de tinte disciplinar para el diputado en
cuestión. Más aún, en una entrevista televisiva para el canal Diputados TV en
la que es consultado por esta situación, reivindica sus dichos y agrega
‘debería Negri decir si esa sodomización es voluntaria o no por parte de la
UCR’, no haciendo un mea culpa por lo expresado en la conferencia de prensa
inicial”, explicaron.
Para contextualiza, la RAE define a la sodomización como
“someter a alguien a la penetración anal”, y analizaron que “entonces los
dichos del diputado el expresidente Mauricio Macri somete al presidente del
bloque de Diputados de la UCR y a todos sus integrantes a una penetración anal
que podría ser voluntaria o no. Someter, implica la acción de oprimir, doblegar
o dominar a otro ser humano o a un grupo de individuos y cuando se hace
referencia a un sometimiento en términos de actos sexuales, se lo define como
violación”.
Cultura de la violación
Además, plantearon que, en línea con ésta terminología, es
que cabe el análisis sobre la expresión del diputado Tailhade en un discurso
que “fomenta y multiplica la cultura de la violación”, concepto que fue acuñado
en la década de 1970 por las feministas de la segunda ola en Estados Unidos
para visibilizar la prevalencia de la violencia sexual contra las mujeres, la
normalización social que existía en torno a ella, y trataba de explicar cómo
existían creencias, estereotipos y conductas que generaban y alimentaban la
idea de que las mujeres y, por lo tanto, sus cuerpos, eran propiedad del
hombre.
“Así, es cómo los dichos del diputado Tailhade, cuadran
perfectamente en esta definición, ya que equipara una cuestión de poder dentro
de una coalición partidaria, con un acto de poder sexual entre dos espacios
políticos, en dónde uno queda sometido a la voluntad del otro, siendo sometido
y penetrados simbólicamente”, plantearon y agregaron que, siguiendo con el
análisis de los dichos de Tailhade, “reproduce uno de los principales puntos de
la cultura de la violación cuando, en su segunda entrevista, acusa a Mario
Negri y a la UCR de elegir ser sometido por sus pares dentro de la coalición,
poniendo así la responsabilidad en el ‘sometido’”.
“Este discurso, cargado de machismo, busca expresar una
reafirmación de poder de un hombre sobre otro, a través de la referencia a la
sumisión sexual lo que implica un entramado cargado de una homofobia
recalcitrante, donde humillar al otro consiste, básicamente, en penetrarlo por
vía anal. Éstos dichos muestran una clara ignorancia sobre las prácticas
sexuales, estigmatizando y contribuyendo a pensar que la práctica anal implica
un rol activo y un sujeto sometido”, concluyeron.
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