“¡¿Dónde está Bordet?!”: la historia secreta de la pelea entre Alberto Fernández y el gobernador de Entre Ríos por el juicio político a la Corte Suprema
El mandatario provincial decidió dar marcha atrás con su respaldo al proceso contra el máximo tribunal de Justicia porque consideró que el Presidente no cumplió lo que le había prometido antes de la reunión en Casa Rosada. Teléfonos apagados, idas y vueltas y una relación que se enfrió
El mandatario
entrerriano Gustavo Bordet aceptó participar del Zoom con el resto de los
gobernadores bajo condiciones que luego no se cumplieron y por eso no firmó el
pedido de juicio político a la Corte Suprema de Justicia.
El presidente Alberto
Fernández dio la bienvenida al año el domingo 1° de enero con una noticia
bomba: iniciaría un proceso de juicio político a la Corte Suprema de Justicia
de la Nación. El disparador fue el fallo por la coparticipación que benefició a
la ciudad de Buenos Aires y se fortaleció con la denuncia de los chats del
ministro de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro.
El lunes comenzó el
punteo de mandatarios de provincias. El Ejecutivo nacional esperaba contar, al
menos, con los 14 que apoyaron inicialmente la iniciativa (luego desmantelada)
de Alberto Fernández de no acatar el fallo sobre la coparticipación.
Ese día por la mañana,
el secretario General de Presidencia Julio Vitobello intentó infructuosamente
comunicarse con Bordet. El gobernador entrerriano está de licencia hace un par
de semanas y nadie sabe a ciencia cierta dónde pasa sus vacaciones. Por eso se
recalentaron los celulares de los operadores más cercanos al mandatario.
“¿Dónde está Bordet?” y “¿Bordet va a participar de la reunión o manda a
alguien?” eran las preguntas repetidas.
Nadie podía dar una
respuesta. El teléfono del gobernador entrerriano estaba en modo avión. En Casa
Rosada tampoco comprendían la lógica de las respuestas: “Bordet no responde y
no se puede comprometer su asistencia”, “El gobernador no está y no dejó
instrucciones sobre este tema”. Los posibles reemplazos de Bordet en una movida
así solo podían ser dos: la vice Laura Stratta, a cargo del Ejecutivo, y el
Fiscal de Estado Julio Rodríguez Signes. Pero ninguno se movería sin el visto
bueno del Gobernador.
Sobre el fin de la
jornada, Bordet se reconectó con sus colaboradores. No estaba convencido de
sumarse al cónclave en la Rosada. Le pesaba todavía el sinsabor de haberse
expuesto en la foto de la reunión donde el Presidente decía que no iba a acatar
el fallo sobre la coparticipación a CABA y haberse enterado al otro día que
Fernández cambiaba de opinión diametralmente y anunciaba el pago con bonos a la
administración de Horacio Rodríguez Larreta.
Promesas incumplidas
El martes por la
mañana Fernández logró comunicarse con Bordet. El Presidente bajó la espuma de
lo que sería la reunión y, según manifestaron a Infobae fuentes con acceso
directo al Gobernador, hubo un compromiso doble: 1) el pedido de juicio
político se circunscribiría al presidente de la Corte, Horacio Rosatti; 2) no
habría mención a los chats entre D’Alessandro, Silvio Robles, el vocero de
Rosatti, y el empresario Marcelo Violante, debido a que presentaban vicios de
ilegalidad.
El mandatario
entrerriano dijo entonces que se sumaría por Zoom a la reunión. Fernández
lograba así sumar a su cruzada a 12 de los 18 caudillos peronistas y más de la
mitad de los gobernantes de provincias argentinas.
Ni bien comenzó el
Zoom, Bordet se desayunó de que el camino que le había prometido el Presidente
se desviaba. La conversación, que se extendió por dos horas, dejó en claro que
el pedido de juicio político incluiría a Rosatti y también a los demás
ministros de la Corte: Juan Carlos Maqueda; Ricardo Lorenzetti y Carlos
Rosenkrantz. Y que los chats también tendrían un lugar en el escrito que se remitiría
a la Comisión de Juicio Político de Diputados.
Ante esta situación,
el gobernador de Entre Ríos se recluyó en el silencio hasta el final de las
deliberaciones. Ni bien se desconectó del Zoom, el mandatario provincial le
hizo llegar en forma directa un mensaje a Alberto Fernández que, palabras más o
menos, decía:
― Esto no fue lo
acordado. Yo no firmo.
Sin embargo, el nombre
de Gustavo Bordet apareció junto a los de otros 11 gobernadores que impulsaban
el pedido de juicio político en la comunicación oficial de Presidencia.
De inmediato, el
gobernador ordenó a sus colaboradores más cercanos que salgan a desmentir al
Gobierno nacional. “Bordet no firmó el comunicado. Ni va a acompañar la
petición contra los miembros de la Corte”, era el escueto mensaje que
comenzaron a mandar desde la Casa de Gobierno de Entre Ríos a los medios
provinciales.
Versiones
La portavoz
presidencial Gabriela Cerruti dio hoy una explicación que contiene, en parte,
estos hechos. Aunque realizó una interpretación distinta.
“El Gobernador Bordet
le adelantó al Presidente que iba a participar de la reunión y que iba a apoyar
el proyecto. Participó. En ningún momento de la reunión, en la que lo que se
hablaba era de impulsar el proyecto, mostró otra postura (ni) dijo alguna otra
cosa. Por eso fue incluido en el comunicado, no en ninguna firma. Después el
Gobernador se arrepintió o cambió de opinión. Cada uno es libre de hacer lo que
quiera”, dijo Cerruti.
Sin embargo, en el
texto del pedido de juicio político que se remitiría al Congreso, el nombre de
Bordet sí figuraba entre las rúbricas que acompañaban la iniciativa.
Lo cierto es que
cuando el martes por la tarde la desmentida del mandatario provincial escaló a
nivel nacional, Vitobello retomó los llamados a Entre Ríos. Quería que Bordet
revea su posición. Lo mismo hizo la portavoz de Presidencia, Gabriela Cerruti.
Pero el celular del gobernador de Entre Ríos estaba, otra vez, en modo avión.
Recién a la noche hubo
un contacto personal entre Fernández y Bordet. De allí quedó un escueto
compromiso: el Gobernador dejó sentado que, a su retorno, leería con mayor
detenimiento el texto que se mandó al Congreso.
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