Sangrienta disputa, ataques a búnkers y venganzas: el contexto del crimen en Concordia
Desde fines del año pasado, cuando una investigación de la Fiscalía y la Policía de Concordia golpeó una banda que se dedicaba a ser el brazo armado de un narco de la región y además dominaba su zona en la ciudad para el narcomenudeo, el grupo rival se relamió y comenzó a avanzar para quedarse con el territorio para expandir su negocio. Y la respuesta no tardó en llegar. Se trata, por denominarlos a grandes rasgos, de los Monzón y los Vargas. El primer clan, integrado por referentes de la Uocra de Concordia; los segundos, conocidos narcos que ya tienen en su historia hechos violentos. En este contexto de sangrienta disputa territorial se inscribe el asesinato de Enzo Vargas, emboscado y atacado a tiros cuando salió de su casa para ir a un kiosco en la noche de este lunes.
Fue alrededor de las 22 cuando Rodrigo Monzón y Enzo
Escalante llegaron en una moto. El primero se bajó con una pistola calibre 9
milímetros y acribilló a Vargas con disparos en la espalda y en la cabeza. El
joven de 22 años murió instantes después. Monzón fue detenido a las horas y
Escalante estaba prófugo pero lo arrestaron este lunes por la tarde. Ambos
están a disposición de la Fiscalía y serán imputados por el homicidio.
Los dos, también, estaban con prisión preventiva
domiciliaria, medida cautelar de la Justicia (dictada en este caso por el juez
Mariano Caprarulo) que tantos burlan en la provincia.
Pero no se trató de un hecho aislado. Los problemas vienen
desde hace unos meses y se agudizaron en la última semana.
A fines de diciembre, una compleja investigación de la
Policía local, con personal de Criminalística, y el fiscal José Arias,
desbarató el clan de los Monzón y sus socios. Se determinó que actuaban para
las disputas que mantenía el jefe narco Alejandro Arce, quien fue detenido unos
meses antes por la Justicia Federal en la causa de la denominada "Banda de
los Millones".
Los Monzón, con Ramón a la cabeza junto a otros laderos,
mandan en la Uocra de Concordia hace muchos años. En la causa les adjudican
numerosos hechos de violencia armada, en algunos casos atentaban contra vecinos
y vecinas para echarlos de sus viviendas y quedarse con las casas, como se
compromó en un caso en particular con la denuncia de una damnificada. Pero
también dominaban la zona del noroeste de Concordia para el narcomenudeo. Por
eso, cuando fueron cayendo presos, los Vargas fueron avanzando para quedarse
con el negocio en los barrios San Jorge, Concordia Primero y Los Pájaros, entre
otros.
Pero los Monzón no se quedaron en el molde y algunos de los
integrantes del clan salieron a defender el negocio familiar. La situación se
agudizó en las últimas semanas, cuando esta banda comenzó a golpear en los
búnker de los Arce. Irrumpían varios sujetos armados y les robaban la droga o
el dinero. La semana pasada se registró el último episodio cuando cinco hombres
con pistolas se metieron en un aguantadero de los Vargas, golpearon a las
personas que estaban adentro y se llevaron distintos elementos.
Luego de este hecho, Enzo Vargas salió a la cacería para
vengarse, en particular contra Pamela Monzón, quien aparecía como la nueva
referente que pretende quedarse con la venta de droga en la zona. Por ese
episodio hubo amenazas cruzadas y hasta la intervención policial con varios
detenidos.
Pero la disputa no iba a quedar en esos términos. Por aquel
episodio, Rodrigo Monzón y Enzo Escalante, dos de los detenidos por aquella
causa por balaceras y violencia armada, violaron la prisión domiciliaria y
fueron a ejecutar al joven de la banda rival.
En las últimas horas de la tarde de este martes, luego de
entregarse Escalante, se secuestró la moto que habría sido utilizada para la
emboscada mortal.
Analisis
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