En Argentina se realiza un procedimiento por cateterismo cada 2 minutos
Incluye los diagnósticos coronarios como la angiografía, las
intervenciones terapéuticas coronarias, como la angioplastia, los
extracardíacos (en miembros inferiores y otros territorios) y los implantes
valvulares.
A partir del Registro Nacional de Procedimientos que lleva
adelante el CACI y otros informes complementarios, llegan a la cifra de 240 mil
prácticas anuales, en comparación con las algo más de 100 mil que se efectuaban
en el año 2000.
Se denominan ‘mínimamente invasivos’ porque no requieren
grandes incisiones quirúrgicas y la mayoría no precisa anestesia general.
Dependiendo del tipo de intervención, los pacientes pueden ser dados de alta a
las 24 hs de finalizada ésta o inclusive antes.
Desde el Colegio Argentino de Cardioangiólogos
Intervencionistas (CACI), destacaron el crecimiento vertiginoso en los últimos
años de las técnicas por cateterismo, también llamadas ‘mínimamente invasivas’
porque no requieren grandes incisiones quirúrgicas y la mayoría se realiza sin
la necesidad de anestesia general. Los pacientes suelen ser dados de alta
–dependiendo del tipo de intervención- a las 24 hs de realizado el tratamiento
o inclusive antes.
Este será uno de los temas a abordar durante el XXIX
Congreso Nacional CACI 2019, que se desarrollará del 29 de noviembre al 1 de
diciembre en Pilar, Pcia. de Buenos Aires.
“Sumando los diagnósticos coronarios, las intervenciones
terapéuticas coronarias, los extracardíacos (en miembros inferiores y otros
territorios) y los implantes valvulares, llegamos a la conclusión de que en el
último año en la Argentina se realizaron más de 240 mil procedimientos, lo que
en promedio representa una intervención cada 2 minutos”, graficó el Dr. Omar
Santaera, médico especialista en Hemodinamia y Cardiología Intervencionista,
miembro de la Comisión de Registros del CACI. Esa cifra representa un
crecimiento exponencial, ya que en el año 2.000 se llevaban a cabo apenas algo
más de 100 mil procedimientos.
Tomando el registro del CACI y otros reportes internos, las
240 mil intervenciones se desglosan en 120 mil procedimientos de diagnóstico
coronario (fundamentalmente angiografías, para conocer el estado de las
arterias del paciente), 70 mil terapéuticos coronarios (angioplastias que
demandaron un total de 100 mil stents, ya que muchas veces se colocan 2, 3 ó
más stents por intervención), 50 mil prácticas extra cardíacas (en miembros
inferiores, para resolver obstrucciones arteriales y venosas, aunque también
este apartado incluye arterias renales y carótidas, entre otras) y mil
reemplazos valvulares cardíacos.
“Contribuyó al aumento de la realización de estos
procedimientos mínimamente invasivos una mayor accesibilidad de la población,
disminución de los eventos adversos, una mayor seguridad general y una eficacia
superior en términos de resultados respecto de las intervenciones quirúrgicas
tradicionales. No en vano la expectativa de vida ha aumentado a partir de la
intervención con éxito en una enfermedad que involucra casi el 50% de las
causas de mortalidad”, refirió por su parte el Dr. Marcelo Halac,
cardioangiólogo intervencionista, también miembro del CACI.
Desde 2008 el Colegio Argentino de Cardioangiólogos
Intervencionistas (CACI) lleva a cabo el ‘Registro Nacional de Procedimientos
de la República Argentina’, reporte que año a año viene evidenciando un
incremento constante tanto de los procedimientos diagnósticos como en los
terapéuticos, situación que coincide con registros similares de países de
Europa, Asia y el resto de América.
Las técnicas diagnósticas comenzaron a difundirse en el
mundo y también en Argentina desde mediados de la década del 60, época en la
que fundamentalmente se utilizaban para evaluar enfermedades congénitas.
Inmediatamente, llegó la ‘angiografía o cinecoronariografía’, que es un
procedimiento mínimamente invasivo que permite conocer con un cierto grado de
certeza y predictibilidad la presencia de obstrucciones en el flujo sanguíneo
de las arterias coronarias; hasta ese momento el diagnóstico era básicamente
clínico.
Hacia fines de los años 70, llegó el tratamiento mediante el
by pass coronario, técnica que reconoció al Dr. René Favaloro como su fundador
y precursor. Mientras que a partir de 1980, Argentina fue uno de los primeros
países en sumarse a la corriente europea de tratar las obstrucciones coronarias
mediante angioplastias.
Los adelantos y el éxito obtenido en terapéutica
endovascular de las arterias coronarias provocaron que esta técnica se
comenzara a utilizar, con muy buenos resultados, para tratar obstrucciones de
otros territorios vasculares. Es así que su uso para oclusiones de arterias
renales y arterias de miembros inferiores fueron indicaciones iniciales más allá
de las obstrucciones coronarias.
A fines de los 80, comenzaron a tratarse las obstrucciones
de arterias carótidas, época en la que ya se contaba con la ayuda de los
stents, pequeños tubos de malla metálica que se colocan en la pared de las
arterias obstruidas durante la angioplastia para lograr que la arteria
permanezca abierta y que fluya la sangre normalmente.
Los stents permitieron realizar procedimientos más complejos
y sobre todo ampliar esta técnica hacia los otros territorios. Estas
patologías, al igual que las obstrucciones coronarias, previamente se trataban
en forma quirúrgica, con cirugía vascular ‘a cielo abierto’.
El aporte de la farmacología tampoco ha sido menor. Los
procedimientos requieren de un tratamiento medicamentoso que cada vez es más
preciso y hecho a la medida de cada paciente. Conocer cuál es la terapia óptima
para cada individuo significa elegir el tratamiento intervencionista más
adecuado, lo cual incluye identificar cuál es el stent más propicio y a la vez,
seleccionar el fármaco o la combinación de ellos que garantice la mejor
cobertura antiagregante con menor chance de sangrado.
“Actualmente, entre otras, las técnicas endovasculares
incluyen indicaciones para cardiopatías congénitas, con procedimientos que se
realizan en etapa intrauterina o en niños prematuros de muy bajo peso, hasta en
adultos no diagnosticados en su niñez o adolescencia. También para cardiopatías
estructurales adquiridas, como estenosis de válvulas cardíacas, aneurismas de
aorta torácica o abdominal, o para reemplazo de válvulas cardíacas, como el
reemplazo valvular aórtico percutáneo (TAVI por sus sigla en inglés), técnica
revolucionaria que está beneficiando a miles de pacientes que por su alta edad
o avanzada patología son de alto riesgo para recibir tratamiento quirúrgico”,
explicó el Dr. Aníbal Damonte, presidente del Colegio Argentino de
Cardioangiólogos Intervencionistas.
Todas estas prácticas se realizan en establecimientos
públicos y privados. “Es de destacar que el primer implante percutáneo de
válvula aórtica del país se realizó en el Hospital Fernández y que el Hospital
Garrahan es centro de referencia internacional, solo por mencionar un par de
algunos casos destacados de excelencia en hospitales públicos”, agregó el Dr.
José A. Álvarez, cardioangiólogo intervencionista miembro del CACI.
“Pese a que los resultados de las técnicas por cateterismo
son cada vez más auspiciosos, es importante dejar en claro que no reemplazan
totalmente a la cirugía, que en muchos casos sigue siendo necesaria”, completó
el Dr. Álvarez.
Desde el CACI, se realizan acreditaciones de las Salas de
Hemodinamia para controlar los estándares tecnológicos necesarios y se
certifican los especialistas con el título de ‘Médico Especialista
Universitario en Hemodinamia, Angiografía General y Cardioangiología
Intervencionista’ a partir del Curso Superior Teórico Práctico de tres años de
duración que se realiza desde hace más de 20 años en conjunto con la
Universidad de Buenos Aires y con el aval del Ministerio de Salud de la Nación
(actual Secretaria de Salud).
Esta capacitación de posgrado incluye, entre otras
herramientas, la práctica con equipos de biosimulación virtual de última
generación ubicados en la sede de la institución, que emulan situaciones reales
que se producen durante los procedimientos. Esto permite realizar
intervenciones tuteladas para capacitarlos en la toma de decisiones que se
requieren antes, durante y a la finalización de los más sofisticados
procedimientos por cateterismo.
Acerca de CACI
El Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas
(CACI) es la única sociedad argentina en esta especialidad. Fue creado en 1985
con la finalidad de nuclear a todos los especialistas en diagnóstico y
tratamiento de las enfermedades cardiovasculares por cateterismo. Hoy cuenta
con más de 500 miembros asociados.
CACI desarrolla una amplia actividad científica en el país.
Desde el año 1990 realiza un congreso anual de Cardioangiología
Intervencionista en distintas ciudades del interior, con una importancia cada
vez mayor y una creciente concurrencia.
Participa, anualmente y en forma permanente, de los
congresos internacionales más importantes de la especialidad en América Latina,
Estados Unidos, Europa y Asia.
Coordina el Programa Educativo Integral (P.E.I.), junto con
los consejos de hemodinamia y cardiología intervencionista de la Sociedad
Argentina de Cardiología (SAC) y de la Federación Argentina de Cardiología
(FAC).
CACI cuenta con la primera y más antigua carrera de
Especialista en Cardioangiología Intervencionista del mundo, de tres años de
duración, llevada a cabo conjuntamente con la Universidad de Buenos Aires. Ya ha
formado a más de 500 cardioangiólogos intervencionistas de Argentina y del
mundo.
Para la difusión de la especialidad, la entidad posee su
página web y la Revista Argentina de Cardiología Intervencionista (RACI), tanto
en su versión gráfica (más de mil ejemplares de tirada) como en su versión
online (con casi 5.000 visitas registradas, no solo de Argentina, sino también
del resto de América y Europa), que incluye los principales avances en
terapéutica, trabajos originales, editoriales y reporte de casos especiales.
CACI participa, junto a distintas organizaciones de Salud,
en el desarrollo de nuevas regulaciones y guías de trabajos, así como en la
aceptación de la tecnología de reciente lanzamiento; y es el encargado de
supervisar a los médicos y a los centros asistenciales que practican la
especialidad en la Argentina.
Para mayor información consultar en www.caci.org.ar /
www.revistacaci.org.ar
Exclusivo para periodistas. Para mayor información,
consultar con:
Dr. Aníbal Damonte – MN 74.566 / MP 10.030
Médico especialista en Cardioangiología Intervencionista
Presidente del Colegio Argentino de Cardioangiólogos
Intervencionistas (CACI)
Celular: (0341) 155 005-144 / E-mail: damontea@icronline.com
Dr. Marcelo Halac – MN 86.844
Médico especialista en Cardioangiología Intervencionista,
Miembro del CACI
Celular: (011) 155 127-7194 /
E-mail:marcelo.halac@yahoo.com.ar
Dr. Omar Santaera - MN 65.664
Médico especialista en Hemodinamia y Cardiología
Intervencionista
Miembro de la Comisión de Registros del Colegio Argentino de
Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI), Ex Presidente del CACI
Celular: (011) 154 446-0261 - E-mail:
omarsantaera@fibertel.com.ar
Dr. José A. Álvarez – MN 54.873
Médico especialista en Cardioangiología Intervencionista,
Miembro del CACI
Celular: (011) 155 757-5688 / E-mail:
jagalvarez@intramed.net
Dr. Diego Grinfeld – MP 113.528
Médico especialista en Cardioangiología Intervencionista,
Vicepresidente del CACI
Celular: (0221) 15 436-6169/ E- mail:
diegogrinfeld@yahoo.com.ar
Dr. Alejandro Cherro - MN 83.098
Médico especialista en Cardioangiología Intervencionista
Ex - Presidente del Colegio Argentino de Cardioangiólogos
Intervencionistas (CACI).
Director de la Carrera de Especialista en Hemodinamia,
Angiografía General y Cardioangiología Intervencionista UBA-CACI
Celular: (011) 154 415-2224 / E-mail: alecherro@hotmail.com
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