“No solo de pan vive el Hombre”, por Manuel Troncoso
Creemos en el
dinamismo del ser humano, en su capacidad y necesidad de desarrollo, de
trascendencia, de confraternizar. Para que este crecimiento sea pleno, el
hombre necesita creer y porque lo necesita, precisamente es que cree. Esto no
es un juego de palabras, si no la particularidad que nos distingue como seres
vivientes. Así como necesitamos alimentarnos, ingerir líquido y saciar este
tipo de necesidades, muchos, muchísimos hombres y mujeres requieren también de
la práctica y del ejercicio de alimentar, a la vez que sus mentes, sus almas,
sus espíritus, sus corazones. Cuando logran desarrollar su Fe, su Credo, sus
devociones, no solamente se sienten libres, si no que se sienten realizados.
Porque como supo decir un gran hombre de estado, “No hay hombre libre en una
comunidad que no lo sea”.
Es cierto que el
desarrollo de la Fe y el ejercicio de la religión, pueden realizarse
individualmente y ha tenido su parche virtual, pero es en el rito, en la
Celebración del culto, en la Misa, donde los practicantes se sienten parte de
una comunidad, compartiendo. Es esa la cultura del encuentro. En el caso de
nosotros, los católicos, pueden ser los momentos de darnos la paz o de la
consagración.
Sabemos que la
pandemia ha tenido un efecto demoledor en nuestras economías: familias que han
caído en la pobreza, comercios quebrados, aumento estrepitoso del desempleo,
inflación y pérdida nominal de los salarios, etc. Creemos que el Estado, aunque
insuficiente, ha hecho foco en esta área, con subsidios, exenciones
impositivas, decisiones sectoriales y demás. Distinguiendo las distintas
realidades municipales, se han elaborado protocolos en bares, restaurantes y
comercios, ampliando las franjas de atención, la capacidad interna, operando
por turnos, entre otras medidas de higiene necesarias, garantizando así una
cultura de la prevención. Hemos presentado proyectos en este sentido y
seguiremos haciéndolo, pues la administración de la pandemia requiere de
equilibrios inteligentes, de aportes de todos los sectores y no de aislamientos
medievales en pleno siglo XXI. Debemos trabajar en cómo salir de esta crisis y
no esforzarnos para quedarnos.
Por esto último,
entendemos que, así como hay voluntad política para resolver determinadas
cuestiones, debe haberla también para garantizar el ejercicio de la Fe. La
libertad de culto, que es un derecho constitucional y humano inalienable,
irrevocable, indelegable. Más aún, en un
contexto hostil y aciago como el que transitamos, en tiempos de zozobra e
incertidumbre, una de las pocas certezas que hallamos es que no estamos solos y
que aún en el abismo más oscuro hay Esperanza. Quienes creemos, encontramos
parte de esta Esperanza en la oración, en el templo, en el encuentro con los
otros, escuchándonos, viéndonos, compartiendo la paz como hermanos.
La práctica
religiosa no puede pasar a la clandestinidad, no puede ser puesta en duda por
parte de los gobiernos y no puede ser condicionada por el Estado. Por ello es
que presentaremos un Proyecto de Resolución en la Cámara de Diputados de la
Provincia, solicitando que se declare a las actividades de culto como
esenciales, acompañándolo con una propuesta de Protocolo de prevención. Porque
reafirmamos nuestra voluntad en cuidar la vida. Y porque no solo de pan vive el
hombre.
Manuel Troncoso, Diputado Provincial, Entre Ríos.
Juntos por el Cambio 2019 – 2023
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