“La justicia debe ser imparcial, para ser garantía de la sociedad”, por Leandro Arribalzaga


Tiempos de cuarentena extendida que tan bien le cae al gobierno, tanta comodidad le provoca que la imagina in aeternum. En ese letargo provocado por ésta, en que se encuentra la sociedad argentina algunos electos consideran que haber ganado una elección los autoriza a usar las herramientas del poder en procura del beneficio propio.

 

En Argentina como en nuestra provincia estamos en una crisis de donde se lo mire. El laburante no llega a fin de mes, las empresas buscan otros horizontes, la salud, la educación son sostenidos por los comprometidos trabajadores que hacen más por la vocación que por los elementos con que cuentan. Para esto no hay otra solución que perimidas recetas que sólo cargan más presión en la gente como ocurre con la Ley de emergencia en Entre Ríos. La corrupción se mueve en la comodidad de la cuarentena en búsqueda de impunidad como un elixir de blancura.

 

Nuestro país eligió la forma de gobierno republicana, sus representantes son elegidos por el voto del pueblo y a su vez existe la división de poderes (Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial) como forma de control. Estas reglas son necesarias respetarlas, son punto de partida para el crecimiento, desarrollo como Nación.

 

Cuando un poder se inmiscuye en otro comienzan los desajustes, las inequidades, los corruptos esto lo saben y pretenden provocarlo. Por eso quienes llegan a lugares de poder con causas no resueltas priorizan esto al bienestar de la sociedad, usan el poder para modificar las condiciones que los favorezcan, que la corrupción se confunda en un pacto de impunidad que legitime sus actos. La Ley debe ser respetada, la justicia y en particular la corte debe ser garantía de que ésta se respete.

 

Un juez no puede controlar cuando es corrupto, cuando es advenedizo, cuando debe favores al poder público que lo llevó a ser juez. Los que la mayoría de las veces ganan son los que tienen un padrino político y ellos son los que tendrán que enfrentar la corrupción, pero tienen la cola sucia, son extorsionables.

 

La justicia debe ser imparcial, para ser garantía de la sociedad, por eso es tan necesaria la participación de los ciudadanos para que las instituciones se preserven de este ataque en búsqueda de impunidad de los inescrupulosos vividores de la corrupción. Lo digo este 29 de septiembre que tanto representa para los radicales ya que en 1949 le quitaban los fueros a Ricardo Balbín en el Congreso, por “desacato y violación” (Art 244 del C Penal hoy derogado) por un discurso pronunciado en Rosario 30 días antes donde convocaba a la juventud a "realizar una verdadera revolución social" entre otras cosas.

 

El Dr. Balbín poco tiempo después de ser desaforado fue encarcelado en el penal de Olmos y luego en La Plata. Esa revolución hoy debe ser moral, de valores, de compromisos para una sociedad con justicia, educación, con futuro, están todos convocados. No hay desarrollo posible si se continúa en el lodo de la corrupción.

Leandro Arribalzaga

Presidente UCR -E Ríos

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