En su nueva encíclica, Francisco pide al mundo "rehabilitar la política" para la pospandemia
En su tercera Encíclica como pontífice, divulgada este domingo por el Vaticano y dedicada "a la fraternidad y a la amistad social", el papa expresa su deseo de "hacer renacer entre todos un deseo mundial de hermandad"
En su nueva Encíclica "Fratelli tutti" (Hermanos
todos), el papa Francisco convoca al mundo a "rehabilitar la
política" para hacer frente a las consecuencias de la pandemia y
"hacer posible el desarrollo de una comunidad mundial", al tiempo que
asegura que "el mercado solo no resuelve todo" y denuncia los
"estragos" que causa "la especulación financiera" en el
mundo.
En su tercera Encíclica como pontífice, divulgada hoy por el
Vaticano y dedicada "a la fraternidad y a la amistad social",
Francisco expresa su deseo de "hacer renacer entre todos un deseo mundial
de hermandad" y, a lo largo de 287 párrafos divididos en ocho capítulos,
defiende la idea de una política "puesta al servicio del verdadero bien
común".
“'Abrirse al mundo' es una expresión que hoy ha sido
cooptada por la economía y las finanzas. Se refiere exclusivamente a la
apertura a los intereses extranjeros o a la libertad de los poderes económicos
para invertir sin trabas ni complicaciones en todos los países", plantea
el Papa en una primera parte dedicada a analizar las "sombras de un mundo
cerrado".
"Los conflictos locales y el desinterés por el bien
común son instrumentalizados por la economía global para imponer un modelo
cultural único", continúa enmarcando Jorge Bergoglio, antes de concluir
que, así, "la política se vuelve cada vez más frágil frente a los poderes
económicos transnacionales que aplican el 'divide y reinarás'".
"¿Qué significan hoy algunas expresiones como
democracia, libertad, justicia, unidad? Han sido manoseadas y desfiguradas para
utilizarlas como instrumento de dominación, como títulos vacíos de contenido
que pueden servir para justificar cualquier acción", se plantea Bergoglio
en la Encíclica que toma su nombre de una cita de san Francisco de Asís y que
escribió en medio de una pandemia "que irrumpió de manera inesperada"
y "dejó al descubierto nuestras falsas seguridades", explica.
"Una vez más convoco a rehabilitar la política",
llama Bergoglio en la Encíclica, y argumenta que "la fragilidad de los
sistemas mundiales frente a las pandemias ha evidenciado que no todo se
resuelve con la libertad de mercado".
En ese marco, el Papa pide una política "sana",
que "no esté sometida al dictado de las finanzas" y que pueda
convocar "a los más diversos sectores y a los saberes más variados"
para liderar "replanteos de fondo y transformaciones importantes" a
nivel mundial.
"Para hacer posible el desarrollo de una comunidad
mundial, capaz de realizar la fraternidad a partir de pueblos y naciones que
vivan la amistad social, hace falta la mejor política puesta al servicio del
verdadero bien común", sostiene, a la vez que lamenta que "en cambio,
desgraciadamente, la política hoy con frecuencia suele asumir formas que
dificultan la marcha hacia un mundo distinto".
Francisco analiza en el escrito que "para muchos la
política hoy es una mala palabra, y no se puede ignorar que detrás de este
hecho están a menudo los errores, la corrupción, la ineficiencia de algunos
políticos".
"A esto se añaden las estrategias que buscan
debilitarla, reemplazarla por la economía o dominarla con alguna
ideología", denuncia después, para preguntarse: "¿Puede funcionar el
mundo sin política? ¿Puede haber un camino eficaz hacia la fraternidad
universal y la paz social sin una buena política?".
En un texto que también ofrece sus reflexiones sobre la
deuda, la guerra y la pena de muerte, Francisco plantea además que "hoy en
muchos países se utiliza el mecanismo político de exasperar, exacerbar y
polarizar" y que "por diversos caminos se niega a otros el derecho a
existir y a opinar, y para ello se acude a la estrategia de ridiculizarlos,
sospechar de ellos, cercarlos".
"La política ya no es así una discusión sana sobre
proyectos a largo plazo para el desarrollo de todos y el bien común, sino sólo
recetas inmediatistas de marketing que encuentran en la destrucción del otro el
recurso más eficaz. En este juego mezquino de las descalificaciones, el debate
es manipulado hacia el estado permanente de cuestionamiento y
confrontación", advierte el Papa a la hora de trazar su diagnóstico del
mundo.
Así, tras sostener que durante años "algunos pretendían
hacernos creer que bastaba la libertad de mercado para que todo estuviera
asegurado", pone en aviso que, si no se cambia el rumbo de los sistemas
actuales, "el 'sálvese quien pueda' se traducirá rápidamente en el 'todos
contra todos', y eso será peor que una pandemia".
Las críticas al mercado, que según el Papa "solo no
resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer creer este dogma de fe
neoliberal", es otro de los ejes sobre los que se apoya el texto al punto
de afirmar que esa teoría es "un pensamiento pobre, repetitivo, que propone
siempre las mismas recetas frente a cualquier desafío que se presente".
"La especulación financiera con la ganancia fácil como
fin fundamental sigue causando estragos", enfatiza en esa dirección y
denuncia que "el fin de la historia no fue tal, y las recetas dogmáticas
de la teoría económica imperante mostraron no ser infalibles".
Como marco, luego de dedicar su escrito "a todas las
personas de buena voluntad", el Papa insiste con que "es posible un
camino de paz" entre las religiones en la reconstrucción del tejido social
universal tras la pandemia, publica Télam.
No hay comentarios.