Caso Cabo Arias: El nuevo abogado querellante cargó duro contra la fiscal Fonseca
El doctor Sebastían Pardo, oriundo de Corrientes, es el nuevo abogado de la querella en la investigación por la muerte en circunstancias sospechosas del cabo primero de Intendencia del Regimiento Nº 6 Blandengues de la ciudad de Concordia, José David Arias Moreyra, ocurrida la noche del 12 de diciembre de 2019. El abogado contó que está tomando los primeros contactos con el expediente y testigos para armar la estrategia judicial con el fin de darle impulso a una causa que hace más de un año está estancada y caratulada como “Muerte Dudosa”. El abogado querellante fue categórico al señalar el desempeño de la fiscal concordiense María José Fonseca, quien intervino la noche de la muerte del soldado dentro de la unidad militar, como “imprudente” y “lleno de impericia y de una falta de ética absoluta.”
Entrevistado en el programa “Una
Mañana por Delante” de la Radio Pública de Concordia, FM Ciudadana 89.7, el
nuevo abogado querellante en la causa de la muerte sospechosa del soldado
correntino Jorge David Arias Moreyra -quien se desempeñaba en la sección
Intendencia dentro del regimiento que es la que maneja la comida, la ropa,
viáticos y combustibles; por lo que se sospecha de posibles actos de corrupción
alrededor del hecho-, el doctor Sebastián Pardo, cargó duramente contra la
fiscal concordiense María José Fonseca por considerar que no actuó de la manera
que hubiera correspondido.
El abogado se explayó en un
monólogo que DIARIOJUNIO transcribe literalmente:
“Preliminarmente la que interviene
en el hecho es la fiscal María José Fonseca que es una fiscal provincial y
acude al lugar con la policía de seguridad provincial en un ámbito que
claramente es de competencia federal. Esto ocurre porque la justicia federal
tiene acceso en la ciudad de Concepción del Uruguay y, por la hora que esto
ocurre, era muy difícil que pueda intervenir directamente. Entonces las
diligencias preliminares las puede tomar la justicia provincial. La función que
tiene que cumplir es resguardar la escena. Armar lo que se llama una cadena de
custodia: secuestrar todos los elementos, individualizar hasta la última
persona que estuvo presente en esa noche, hacer un rastrillaje completo de la
totalidad del predio y así sucesivamente. Nada de eso se ha realizado. Hay
muchísima irregularidad. A los pocos minutos de haber intervenido, de haberse
hecho presente, (la fiscal Fonseca) da una entrevista diciendo que se trataría
de un suicidio o un accidente. Lo que habla de una imprudencia, de una falta de
ética absoluta. En primer lugar porque ningún fiscal puede determinar o
adelantar una opinión sobre un hecho de cualquier naturaleza cuando recién se
están dando los primeros pasos de una investigación. Esta es la primera
irregularidad grave que se encontró. La segunda es que desaparece el celular
del cabo Arias que había hablado media hora antes con la mamá. Desaparece la
notebook que él tenía y donde había información clave. No le es entregada a la
madre. El lugar donde se encuentra el soldado entendemos que no es el lugar
donde él cae y le atribuyen dos disparos de fusil Fal en la cabeza. En términos
burdos, eso provocaría daños catastróficos. Imagínese por qué no cierra esto.
Imagínese el largo que tiene un fusil Fal para que usted de alguna manera pueda
apuntarse en la sien y, a su vez, llegar hasta el gatillo para realizar la
percusión. Supongamos que fue Mandrake y pudo hacer ese disparo y ese disparo
le ingresa por la sien, tiene que explicar cómo sobrevivió a semejante impacto
de un arma de guerra para después incluso volver a tomar el mismo fusil y
realizarse un segundo disparo debajo del mentón. Estas son las cosas imposibles
que no puede explicar la pericia balística. Por otra parte, el daño que provoca
un solo impacto de ese tipo de arma es como para arrancarle la mitad de la
cabeza a una persona, pero la cabeza y el cuerpo del cabo estaban intactos, la
cara perfecta, ni siquiera hinchada. Lo que nos hace sospechar que tampoco fue
un fusil Fal con la que le dispararon. Es decir, las enormes contradicciones
que hay: La imposibilidad mecánica de poder accionar el disparo de esa arma de
guerra, sobrevivir a un primer disparo y pegarse un segundo, de que el daño
debería ser catastrófico y sin embargo no le provoque ningún daño, que el fusil
aparezca en un lugar y el cuerpo en otro, que no se haya custodiado el lugar,
que no se hayan tomado las testimoniales, que no se haya levantado el ADN, que
no se hayan tomado muestras de sangre. Ha sido una impericia tras otra. Yo soy
el tercer colega interviniente en la causa y los tres abogados coincidimos que
este es un caso de homicidio.”
Por otra parte, el abogado
adelantó a este medio que pedirá nuevas medidas de prueba como la
reconstrucción del hecho, una nueva autopsia -que considera fundamental-,
pericias balísticas e indagatorias. Luego pedirá una audiencia con el ministro
de Defensa de la Nación, Agustín Rossi.
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