Los sueldos del Presidente y los ministros del Gobierno Nacional
El sueldo del Presidente -en términos comparativos con el sector privado y otros presidentes del mundo-, es relativamente bajo. No obstante, en la Argentina se espera un ajuste de la política.
El entonces vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, encabezaba
una línea de trabajo que proponía avanzar en la reducción de cargos y el
congelamiento de salarios para la alta conducción del Estado. Junto con Marcos
Peña y el propio Mauricio Macri, querían ofrecer el recorte a la sociedad como
un gesto de frugalidad proveniente de la política.
La vereda de los que tenían dudas estaba ocupada por muchos
otros funcionarios. Uno de ellos era Andrés Ibarra. El ministro de
Modernización debía ser el encargado de implementar la medida, pero creía que
iba en contra de los intereses del propio gobierno porque infundiría desánimo
en funcionarios comprometidos con la gestión. Perdió la discusión y recibió
reproches de sus compañeros de gabinete. Las esquirlas de su derrota llegan
hasta la administración de Alberto Fernández.
La discusión que se planteó en Cambiemos se repitió el año
pasado en el Frente de Todos. Sergio Massa quiso recortar 40 por ciento las
dietas de los diputados para alinearlas con la escasez de un país que recibía a
la pandemia. Nunca obtuvo tanto consenso en la Cámara baja como con esa medida:
tanto el oficialismo como la oposición la rechazaron.
Es cierto que Juntos por el Cambio tenía su propio plan. Sus
legisladores fueron más lejos que Massa y presentaron un proyecto para bajar
salarios de los tres poderes, algo que terminó de fastidiar a Alberto
Fernández. “No seamos hipócritas; son los que después nos llaman populistas a
nosotros. No seamos demagogos y ganémonos nuestro sueldo como corresponde”,
bramó contra la propuesta.
Luis Lacalle Pou, en Uruguay, avanzó con una medida como la
que se rechazó en la Argentina. Fernández, en cambio, decidió predicar con el
ejemplo ajeno y apoyó la creación de un impuesto a los más ricos del sector
privado.
¿Cuánto cobra el presidente de la Argentina? La respuesta
encierra diferencias más anchas que la grieta partidaria. Mientras los
especialistas dicen que el Estado paga poco y eso genera malos incentivos para
involucrarse en la administración de lo público, otro sector de la sociedad
está esperando el ajuste de la política, publicó el diario La Nación, a través
de un informe especial.
Análisis del recibo de haberes del Presidente Alberto
Fernández.
La polémica por los salarios públicos
Alberto Fernández tuvo una remuneración bruta de $354.694,16
en diciembre pasado, según el último dato público. En abril, ese número subió a
$390.163,58, de acuerdo con su último recibo de sueldo, al que tuvo acceso el
diario La Nación. Es un 10% más. A su bolsillo, sin embargo, llegaron
$256.207,83 porque se le aplicaron descuentos.
El salario de Cristina Kirchner a fines del año pasado era
de $328.419,59, si bien renunció a esa paga. Es posible que haya decidido
sostenerse con su jubilación como expresidenta, la pensión presidencial que
heredó de Néstor Kirchner y los negocios familiares.
Los salarios de los funcionarios públicos despiertan
polémica desde hace años. Si se mira el recibo de sueldo de Fernández, los
especialistas llegan a una conclusión unánime: es improbable que alguien quiera
conducir al país solo por la paga; se trata de un empleo mal remunerado en
comparación con la responsabilidad que implica.
Pero las comparaciones son odiosas: como respuesta a la
pandemia, el Gobierno ordenó el año pasado una larga cuarentena que ocasionó el
cierre de empresas, aumentó la pobreza e hizo crecer el desempleo. Pero los
trabajadores del sector público, incluida la alta esfera, tuvieron garantizados
su ingreso y su empleo.
Quienes estudian el tema creen que el problema no es la paga
del Presidente, sino que su suerte se derrama sobre el resto de la
administración nacional. “Que gane esto es ridículo. Pero lo peor es que un
director, una persona que integra la alta dirección pública, brazo articulador
del Estado con responsabilidad civil y penal, capaz de manejar cientos de miles
de millones de pesos, puede ganar menos de $120.000 por mes”, pone como ejemplo
Gonzalo Diéguez, director de Gestión Pública de Cippec.
La tarjeta presidencial, además, viene con beneficios ajenos
al resto de la plantilla. Los gastos de la quinta de Olivos, donde Alberto
Fernández está obligado a vivir por la Constitución, salen de la caja de la
Secretaría General de la Presidencia.
Las facturas que vio el diario La Nación muestran que
cancelar servicios, proveedores relacionados con la infraestructura y tasas
municipales en Olivos salió a razón de $12,34 millones por mes entre mayo y
octubre de 2020. Son casi $150 millones al año que no salen de su bolsillo.
Por lo demás, Alberto Fernández no alcanza siquiera a ser el
mejor pago de su gobierno. Es probable que Mercedes Marcó del Pont (AFIP) y
Miguel Pesce (BCRA) lo superen por mucho. Ninguno de esos organismos tiene
datos públicos actuales, pero en 2018 el salario máximo de la entidad monetaria
podía llegar hasta los $440.678,97, mientras que Alberto Abad recibió $168.230
en febrero de ese año por conducir el ente recaudador. Hasta las provincias
pagan salarios similares a la Casa Rosada. El cordobés Juan Schiaretti recibió
$360.889 en marzo pasado.
La máxima conducción ejecutiva también parece relegada
cuando se la compara con el resto de la República. La escala salarial del Poder
Judicial dice que un miembro de la Corte tenía un tope de $444.479,22 en
diciembre pasado, aunque los casos específicos pueden casi duplicar ese número,
según una investigación reciente del diario La Nación.
La dieta de un diputado está cerca de los $220.000, a lo que
se le suman otros ítems que estiran el número hasta los $302.766,69 en la mano.
Los senadores ganan más: $324.917,16. La cuenta se pone más generosa para los
legisladores si se considera el presupuesto que tienen disponible para
contratar asesores.
“Deberías asegurarte con datos concretos cuál puede ser un
salario competitivo y estimulante en la administración pública. Pero también
hay una serie de incentivos que van más allá del dinero. Ser presidente es
también un honor. Y tiene que ver con el poder relacionado con el lugar que se
ocupa”, asegura Germán Emanuele, director de Transparencia y Lucha de Poder
Ciudadano. “La discusión es más ética que económica”, completa.
La política pierde brillo frente al metal del sector
privado. Según la consultora Mercer, especializada en recursos humanos y alta
conducción, un gerente senior puede recibir $499.165 por mes en el bolsillo. Es
un número conservador: el presidente de una empresa nacional recibe hasta $2
millones mensuales, mientras que una persona a cargo de la comunicación de una
compañía internacional está en condiciones de alcanzar los $900.000.
Otros jefes de Estado también están por encima del
argentino. En Chile, a Sebastián Piñera le quedaron US$11.079 tras la quita que
se hizo en medio de la pandemia, según la agencia EFE, mientras que Jair
Bolsonaro (Brasil) obtuvo, sin descuentos, unos US$5.800. Y Joe Biden cobra
US$33.333 mensuales en Estados Unidos. Si pudiera convertir su salario a
dólares sin pagar retenciones por Ganancias ni el impuesto PAIS, Fernández
obtendría unos US$ 5.159.
En otros países se repite la historia argentina. El primer
ministro italiano Mario Draghi tiene un salario de aproximadamente US$ 8.074.
Es un número inferior al que perciben diputados y senadores italianos. Mejor
pago está Emmanuel Macron (Francia), quien gana un salario bruto cercano a los
US$ 18.252. En todos los casos hay que considerar otras variables, como los
precios de cada país.
Análisis
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