Qué hay detrás del caso del cohete chino fuera de control que podría caer en la Tierra
Tras la separación del módulo espacial, el cohete lanzador
comenzó a orbitar el planeta en una trayectoria irregular, perdiendo altura
lentamente. Esa situación hace casi imposible cualquier predicción sobre su
punto de entrada a la atmósfera, y por tanto de su punto de caída.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin,
dijo esperar que el objeto caiga en un lugar deshabitado "donde no dañe a
nadie" e insinuó que fue una negligencia por parte de China dejar que el
cuerpo del cohete saliera de órbita.
"La mayoría de los componentes se destruirán" al
entrar en la atmósfera, respondió este viernes el portavoz del ministerio de
Relaciones Exteriores chino, Wang Wenbin. Explicó también que "la
probabilidad de que cause daños es extremadamente baja" y que las
autoridades de ese país "informarán de la situación de manera
oportuna". “China está prestando mucha atención a la reentrada del cohete
en la Tierra", aseguró.
Disputa espacial
China ha invertido miles de millones de dólares en su
programa de exploración espacial para seguir los pasos de Estados Unidos, Rusia
y Europa. Así, el espacio se convirtió en el más reciente escenario de
enfrentamiento entre Pekín y Washington.
El lanzamiento del primer módulo de la estación espacial
china "Palacio Celeste" en abril pasado, con equipo de soporte de
vida y espacio habitacional para astronautas, marcó un hito en los ambiciosos
planes de China de establecer una presencia humana permanente en el espacio.
El presidente Xi Jinping lo calificó como un paso clave en
"la construcción de una gran nación de ciencia y tecnología".
Con el retiro de la Estación Espacial Internacional (ISS),
previsto para después de 2024, la de China pasaría a ser la única estación
espacial en la órbita terrestre. Las autoridades espaciales chinas dicen que
están abiertas a recibir colaboración extranjera, aunque no han dejado claro el
alcance de esa cooperación. La Agencia Espacial Europea envió astronautas a
China para recibir capacitación que les permita trabajar en la estación
espacial china cuando entre en funciones.
China también anunció en marzo planes de construir, junto
con Rusia, una estación lunar. Esa instalación, planeada para la superficie o
la órbita de la Luna, estará equipada para realizar investigaciones
experimentales y será el mayor proyecto de cooperación espacial de China hasta
la fecha.
El caso del Long March 5B no es el primero que genera
controversia sobre supuesta la falta de control de lo que China envía al
espacio. Su laboratorio espacial Tiangong-1 se desintegró al reingresar a la
atmósfera en 2018, dos años después de que dejó de funcionar. Las autoridades
chinas negaron haber perdido control de la nave ante la denuncia de que ese fue
el motivo de lo ocurrido.
La puja entre Washington y Pekín se refleja en los medios.
El portal tecnológico Sina acusó a la prensa taiwanesa y occidental de
sensacionalismo y de intentar “embaucar” al mundo. "Aunque nada tiene cero
riesgos, las posibilidades de que los restos impacten con alguien son
ínfimas", sostiene ese sitio web
Otro portal, Guanwang, coincide en que las
"exageraciones” en torno al caso del Long March 5B “solo buscan
desacreditar” a China. Y agrega: “Cuando los restos del Falcon 9 estadounidense
cayeron en marzo sobre una granja, los medios occidentales dijeron que habían
llegado para 'iluminar el cielo nocturno'. Pero cuando se trata de China,
utilizan frases como '¡atentos, un cohete chino está a punto de caer con
violencia!'”.
La estimación de los expertos sobre la caída
Expertos occidentales coinciden en que “la posibilidad de
que los restos causen heridos o bajas es extremadamente baja”. Sostienen que lo
más probable es que los restos caigan fuera de áreas habitadas y que se
desintegren durante su reentrada a la atmósfera.
Varios organismos monitorean desde hace días el retorno a la
atmósfera terrestre del gigantesco objeto espacial chino, que tiene una masa
estimada de entre 17 y 21 toneladas y un tamaño de aproximadamente 30 metros,
que lo convierten en uno de los trozos más grandes que vuelven a la Tierra.
La NASA y del Departamento de Defensa de Estados Unidos
siguen con atención la trayectoria del cohete. La red de sensores y radares del
Servicio de Vigilancia y Seguimiento Espacial de la Unión Europea está
observando el objeto "de cerca" y ha reducido su ventana de entrada a
la atmósfera terrestre a un periodo comprendido entre los días 8 y 9 de mayo.
Expertos militares estadounidenses acuerdan con la predicción de que el Long
March 5B podría caer en la Tierra en algún momento entre el sábado y domingo.
Los datos de los especialistas europeos revelan que el objeto lleva una inclinación que sugiere en principio que los restos o "escombros" del mismo caerían en una región de la Tierra cubierta en su mayor parte por el océano o áreas deshabitadas, e indican que la probabilidad estadística de un impacto en suelo en áreas pobladas "es baja".
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