Denuncian a un académico rosarino por abusar de tres niñas entrerrianas
Se trata de Enrique Barés, psicólogo y ex secretario académico de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Los hechos ocurrieron hace casi veinte años. La defensa del acusado pidió la prescripción, pero el juez Gustavo Díaz la rechazó en base a las leyes vigentes. Ahora la justicia debe resolver la apelación de Barés.
Se trata de Enrique Barés, psicólogo y ex secretario
académico de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Los hechos ocurrieron hace
casi veinte años. La defensa del acusado pidió la prescripción, pero el juez
Gustavo Díaz la rechazó en base a las leyes vigentes. Ahora la justicia debe
resolver la apelación de Barés.
Enrique Barés, según su curriculum, es psicólogo y docente
en Psicología, profesor de grado en las Facultades de Psicología y de
Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), y también en
varias maestrías la UNR, la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la UTN Facultad
Regional Rosario. Fue secretario académico y secretario general de la UNR.
Veinte años atrás, Barés viajaba a Concepción del Uruguay,
donde cultivaba una amistad muy estrecha con otra familia de profesionales,
progenitores de dos niñas pequeñas. Barés daba clases en la Universidad
Tecnológica Nacional (UTN) de Concepción del Uruguay y al principio, cuando
comenzó a viajar desde Rosario, esa familia amiga lo alojaba en su domicilio.
Eran los meses finales de 2001. Al año siguiente Barés formó pareja con una
profesional uruguayense, mamá de una hija. La unión no duró mucho: en diciembre
de 2003 se produjo la separación, consignó el Semanario El Miércoles.
Muchos años después, una de las niñas de aquella familia –ya
mayor de edad– estaba con su padre en un lugar público y se encontraron casualmente
con el psicólogo amigo, aquel que en el pasado viajaba desde Rosario y
pernoctaba en su hogar. Su papá, también docente universitario, amigo y
compañero de trabajo de Barés, lo saludó afectuosamente y dialogaron un rato.
La joven se conmocionó al verlo: debió ir al baño y allí le sobrevino una
severa crisis de llanto.
Fue el primer paso para comenzar a desarmar el ovillo de los
hechos sucedidos casi veinte años antes.
Analisis
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