Alconada Mon: “uruguayos ayudan a la corrupción y al lavado argentinos”
Hugo Alconada Mon habla tranquilo en el lobby de un concurrido hotel de Montevideo, pues está en Uruguay. Porque su nombre es sinónimo de periodismo –el de verdad, el que manda a prisión a empresarios y procesa a gobernantes- y es la causa de que en Buenos Aires no pueda ir al shopping con sus hijos. Fue y es amenazado, dice que casi no se da gustos con lo que cobra, y muchas veces se pregunta “para qué carajo” hace lo que hace. Pero lo hace.
La extensa y profunda entrevista con Alconada Mon, se
publicó en la edición de este domingo del diario montevideano El País.
-¿Por qué es importante el periodismo de investigación?
-Creo que es una de las tantas ramas que tiene nuestro
oficio para tratar de acercarnos a lo que realmente pasa.
-¿Diría que hay cultura de periodismo investigativo en la
región?
-No. (Piensa). Hay muy buenos ejemplos, pero no sé si me
arriesgo a decir que hay una tradición de periodismo de investigación. Lo que
noto es más un esfuerzo personal o de un puñado de periodistas que una tradición
estable, de unidades de investigación, en medios establecidos y durante
décadas.
-¿Que no la haya es mirar para otro lado?
-Es que el periodismo de investigación es incómodo para
todos. Es incómodo para las personas sobre las cuales escribís, pero también
para el periodista, porque después sufre presiones, insultos, amenazas,
espionaje… No la pasás bien vos ni tu familia.
- ¿La pasa muy mal?
-Sí. A ver, por un lado, te dan el reconocimiento público y
ganás premios. Pero después la pasás mal de verdad. Cuando publico las
investigaciones lo hago porque me gusta, pero al mismo tiempo después tengo que
estar con el casco puesto durante meses. Y lo mismo los medios de comunicación.
Yo le he hecho perder dinero al diario La Nación porque mis investigaciones cuestan
plata y porque además por mi trabajo después hay anunciantes que se retiran.
Está bien, también se puede decir que les genero ganancias porque atraigo
nuevos lectores o por ganar premios que hasta ahora nunca habíamos ganado. Pero
sobre todo conlleva un tema personal. Fijate mis redes sociales. No aparecen
fotos de mis hijos, no aparecen fotos de mi mujer; no me muevo en lugares
públicos con mi familia.
-Pero ahora usted está en este lobby, y se lo ve tranquilo.
-Sí. Pero al mismo tiempo hay lugares a los que no voy. En
cualquier lado.
-¿Un shopping, por ejemplo?
-Acá en Uruguay podría, porque me conocen menos. Pero en
Argentina, sí, hay lugares a los que no voy. En mi caso me investigaron y me
espiaron, a mí, a mis padres, a mi mujer y a mis hijos. Nos espiaron a todos.
Mi familia termina teniendo problemas por las consecuencias de lo que hago.
-¿Ha pensado renunciar?
-(Piensa) No en el sentido estricto. Pero más de una vez me
ha llevado a preguntarme para qué carajo estoy haciendo lo que estoy haciendo.
Porque no me hago millonario. Yo me voy de vacaciones 15 días a la costa
argentina, a una pequeña localidad, porque mi suegro me presta un monoambiente
que es del tamaño de este espacio. Y tengo colegas que se van un mes a Punta
del Este. Así que al final hago este tipo de trabajo, me cuesta llegar a fin de
mes y me amenazan: ¿cómo funciona esto?
-En Uruguay hay muy poco periodismo de investigación, y el
seminario sobre este tema que organizó ORT y al que fue invitado tiene como
propósito estimular que lo haya. ¿Pero de qué depende realmente?
-Es también una cuestión de decisión, de los editores y de
los dueños de empresas periodísticas. Y también es una cuestión de decisión
personal. Porque es lo que decía, hay que estar dispuestos a pasarla mal, a que
eventualmente te echen a patadas del trabajo, de que te insulten en la calle. Y
además es muy desgastante porque hay investigaciones que se pueden resolver
rápido, en una semana o en un mes, pero después hay otras que pueden durar
cinco años. Y son cinco años en los que podes tener 10 o 12 investigaciones
simultáneas en el aire, o más.
-Ha dicho hasta el cansancio que Uruguay siempre aparece
mencionado en todas las indagatorias de corrupción argentina, como destino
final del flujo del dinero sucio, pero no ha habido mayores consecuencias. “La
meca del lavado de activos”, ha llegado a decir.
-Sí. Y me acuerdo que en Uruguay me salieron a contestar.
-Supongo que mantiene incambiada su percepción.
-Sí. Lo que yo puedo decirles es en base a lo que hemos
visto en nuestras investigaciones, y es que una y otra vez, cuando indagamos
temas de corrupción en Argentina, siempre hay una etapa o una escala en
Uruguay. Sea en la ruta del dinero de la corrupción o en la ruta del lavado del
dinero de la corrupción. Pasó en los casos de Siemens, IBM, Skanska, Lava Jato,
en Odebrecht, Ciccone...
-¿Qué es en concreto lo que encuentra en Uruguay?
-Sociedades offshore uruguayas; Zona Franca de Montevideo;
bancos uruguayos; bancos argentinos con sucursales uruguayas; inmuebles en
Punta del Este; automóviles en distintos puntos del Uruguay; yates en distintos
puertos uruguayos; Carmelo como punto de entrada y movimiento de activos;
vuelos entre Argentina y Uruguay; vuelos de narcotraficantes y narcolavado
entre Paraguay, Uruguay y Argentina; hidrovía con manejo de drogas, manejo de
dinero... Una y otra y otra vez. No es una exageración. Es real. Y más vale que
empiecen a revisar qué carajo hay dentro de la zona franca de Montevideo porque
van a encontrarse una y otra vez con tramas de corrupción. Y tramas de
corrupción argentinas, uruguayas, brasileñas, paraguayas, chilenas,
españolas... ¿Cómo es posible que parte de la ruta del dinero negro español
pase por Uruguay? Pasa por Caimán, por un par de paraísos fiscales adicionales
de América Central y el Caribe y pasa por Uruguay. Por algún motivo es.
-Cuando usted se hace esa pregunta, ¿a qué respuesta llega?
-Entre otros aspectos, a que Uruguay mantiene determinadas
pautas para el manejo de dinero bancario que ha hecho que, al menos antes, se
dijera que era la Suiza de América del Sur. Es cierto que han mejorado, con
algunas reformas y correcciones en el sistema antilavado, pero no es que ahora
son la meca de la transparencia bancaria. Y tenés infinidad de estudios
jurídicos y contables que viven de las sociedades que arman para clientes
argentinos. Después me vienen siempre con la misma respuesta: “Nosotros somos
como fabricantes de armas, y las armas pueden usarse para el bien por la
Policía o para el mal por el delincuente. Pero nosotros no somos responsables
del destino y el uso final de esos revólveres”. Fenómeno: ¿por qué no te mirás
al espejo? Porque probablemente verás que en definitiva tus sociedades terminan
usándolas los narcotraficantes o corruptos argentinos. Igual, después, muy
tranquilos, tomándose un whisky a la noche, dicen “pero qué corruptos que son
los argentinos”. Sí, sí, y los uruguayos ayudan a la corrupción y al lavado
argentinos. Y además, ¿por qué los narcos brasileños están viniendo para
Uruguay y no se quedan en su país? ¿Por qué los narcos paraguayos en vez de
quedarse en Paraguay se vienen al Uruguay?
-¿Pero vienen y vacacionan o dice que operan desde acá?
-Las dos cosas. Los encontramos nosotros. ¿Por qué no se
ponen a mirar el puerto de Montevideo? Una pregunta muy sencilla: ¿cuántos
contenedores controlan las autoridades uruguayas de los que salen del puerto de
Montevideo? ¿Un contenedor de cada cuántos? Porque eventualmente lo que puede
también estar ocurriendo es que en Argentina por lo menos miramos. Con esto la
mitad de los lectores me va a putear, pero lo reitero claramente: ¡mírense al
espejo! Y vean qué pasa, también, en el departamento de Artigas. ¿O me van a
decir que no saben que el departamento de Artigas es elegido por los narcos
para arrojar desde las avionetas los bolsones de droga, porque tienen la
oportunidad de que, ante un problema, giran para un lado y se van a Brasil o
giran para el otro y escapan por Argentina? Entonces, si quieren investigar
narcotráfico en Uruguay, pongan radares y controlen lo que pasa en Artigas.
Ahora, si me dicen que lo sabe un periodista argentino y no lo saben los
uruguayos, el problema es de los uruguayos.
-¿Cuánta gente derribó?
-No lo sé. Hay gente que está condenada por mi trabajo,
gente que está procesada, gente que está embargada, gente que está inhibida y
gente que tuvo que renunciar. De todos los partidos y de todos los gobiernos.
-¿Qué siente cuando por sus publicaciones alguien termina en
la cárcel?
-Es algo que no me gusta nada. Me duele. Cuando alguien
pierde su libertad es como... uy...
-¿Que Luiz Inácio Lula da Silva se haya liberado del cerco
judicial, y ahora sea candidato a Presidente nuevamente, hace quedar a la operación
Lava Jato como un bluf?
-No. Recordemos que el Lava Jato es una investigación que
sacó a la luz un entramado de corrupción y lavado, que involucraba a muchas de
las empresas más grandes de Brasil o que operaban en Brasil, y que a su vez
mostraban la interacción con políticos de todos los partidos brasileños, y que
incluso además exponía cómo muchas de esas empresas también pagaron coimas en
una docena de países de América Latina. Todo eso ocurrió, y todo eso salió a la
luz y hubo condenas. El problema fue que uno de los jueces que participó en
esta investigación, Sergio Moro, después se equivocó mal, feo y grosero, al
dedicarse a la política, porque terminó manchando con política partidaria una
investigación que era honesta.
-¿Pero Lula es corrupto o no? ¿Qué es lo que queda al fin y
al cabo?
-Lula quedó, creo yo, cuestionado por cómo se movió él y sus
colaboradores, algunos de los cuales están condenados, y en el plano familiar,
incluso su mujer. Lo que pasa es que resulta muy incómodo hablar de esto porque
su mujer murió. Pero, como sea: ¿Lula explicó todo lo que tenía para explicar
sobre su actuación en el Lava Jato? No. ¿Y sobre la actuación de sus
colaboradores? Tampoco.
-Y así y todo es probable que vuelva a ser Presidente
-Pero es lo mismo que pasa en Argentina. Cristina Fernández
de Kirchner tenía ocho procesamientos y se presentó a las elecciones y ganó y
hoy es la Vicepresidenta. Esas cosas pasan todo el tiempo. Y no solamente con
el kirchnerismo o con Lula.
-Si le menciono a Pepín Rodríguez Simón…
-Sí, a mí me quisieron embocar con ese. Decían que yo tenía
comunicaciones telefónicas con él y que coordinábamos y hablábamos. Y yo hablé
con él creo que dos veces, y lo llamé, porque necesitaba hacerle una pregunta,
no para invitarlo a tomar un café.
-Ahora está en Uruguay, en busca de obtener el estatus de
refugiado, mientras es requerido en Argentina por una causa sobre presunta
extorsión. ¿Cómo lo define?
-Es un abogado que trabajó como hombre de confianza de
Mauricio Macri que se puso a negociar con las empresas del juego por la ciudad
de Buenos Aires para que pagaran un impuesto. La primera pregunta que uno puede
hacerse es: ¿por qué mandaron a un abogado privado y no a un funcionario
público? Porque para negociar en nombre del gobierno de la ciudad tenés que
mandar a un funcionario de ese gobierno. Y otra es, si fue parte de un
entramado que se dedicó a apretar empresarios en nombre de Mauricio Macri.
-Ese es el fundamento de la causa que tiene abierta. ¿Cree
que hay indicios?
-Sí. Yo no lo descartaría. Creo que hay mucho para explicar
y esto lo he declarado en Tribunales. Acá hay algo muy raro y es que creo que
todos mienten.
Fuente: El País de Montevideo
No hay comentarios.