Un hombre de los Monos, en Nogoyá
Se trata de Diego Fabián Cuello; compró un campo y alquiló una casa
Desde hace unos meses, un jefe narco que tuvo un rol
preponderante en la estructura de la violenta y poderosa banda de los Monos, de
Rosario, se encuentra viviendo en Nogoyá. Se trata de Diego Fabián Cuello,
quien se distanció del grupo que lideraba la familia Cantero. Cuello compró un
campo importante a escasos kilómetros de Nogoyá y alquiló una casa. Y va viendo
cómo desarrollarse en la zona con sus negocios. Su aliado, el expreso Walter
Martínez, conocido por sus estafas en la región.
Lo que se vaticinaba, se concretó. Ya nadie podrá decir que
son solamente suposiciones o ideas descabelladas en el negocio narco de Entre
Ríos. Lo cierto es que ANÁLISIS pudo confirmar que desde hace un par de meses,
el exjefe narco Diego Fabián Cuello se fue de Rosario, por cuestiones de
seguridad (de hecho, a su alrededor hay algunas muertes de quienes eran
allegados directos a su figura) y consideró que lo más viable para seguir con
sus negocios era Entre Ríos y específicamente en Nogoyá.
Para ello acudió a un personaje del poblado, condenado por
estafa, en un sonado caso, como el de la herencia del hacendado José Alberto
Reggiardo, oriundo de Victoria, quien falleciera en 1998, después de un
accidente con su helicóptero en uno de sus campos, en Cerrito. Cuello le
encomendó al abogado Walter Martínez que le organizara el desembarco en Nogoyá.
Para ello, primero le tenía que conseguir una cómoda vivienda en la ciudad
misma y un campo en proximidades de la localidad. Cuello es considerado un
especialista en el armado y desarrollo de cocinas de cocaína, un punto narco
que, de alguna manera, se considera desterrado en la provincia o por lo menos
sin que haya detectado su armado en lugares, como antes sucedía. En los últimos
tiempos se encontraron cocinas de cocaína en Concordia y la otra en el campo
del empresario Vicente Bioletti, en la zona del Acceso norte, la que fue
descubierta después que cayera un avión que venía desde Morteros (Córdoba),
para la realización de una supervisión técnica anual. Fue el accidente aéreo lo
que dejó al descubierto la cocina; caso contrario, vaya a saber si se
descubría, porque estaba en un lugar alejado del casco del predio.
Conocedor de la zona
El abogado Martínez primero intentó lograr una operación de
compra de una importante vivienda en el centro de Nogoyá, pero no se la
quisieron vender.
Mientras tanto, Martínez se habría movido lo suficiente para
tratar de determinar si podía contar con el apoyo logístico de algunos hombres
del hampa de la zona y ver qué posibilidades tenía para el desarrollo del
negocio de parte de Cuello. El cuestionado letrado nogoyaense nunca apareció
denunciado por narcotráfico, pero sí tuvo siempre el dato del movimiento de
determinados personajes lugareños dispuestos a participar de algunas
actividades ilegales. Hay quienes sostienen que Martínez habría tenido contacto
con determinados policías con algunos antecedentes poco claros, como así
también con vendedores de droga. Y a todos le decía lo mismo: “está llegando
pronto alguien muy importante vinculado a este negocio, que se quiere ir de
Rosario por cuestiones de inseguridad y quiere apostar a la zona, instalándose
en Nogoyá”. Martínez precisaba “buenos contactos”, gente dispuesta a hacer
“ciertos negocios” ilegales y gente que colabore para “liberar la zona” de
ciertos controles policiales o de otras fuerzas.
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