El jubilado entrerriano que mató a un ladrón irá a juicio por homicidio
Jorge Ríos enfrentará el proceso en junio de 2023. Uno de los miembro de la banda salió de prisión tras cumplir dos tercios de su pena. El jubilado asegura que se defendió del ataque de los delincuentes y que nunca tuvo intención de matar
El 17 de julio de 2020, cinco ladrones ingresaron a robar a
la vivienda de Jorge Ríos, de oficio herrero y jubilado, en Quilmes Oeste.
Mientras dormía, fue golpeado e intimidado con un destornillador por los
asaltantes. Sin embargo, los delincuentes no pudieron lograr su objetivo,
porque el dueño de casa extrajo una pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros
y les efectuó varios disparos con los que los hizo huir. Él los siguió. Franco
Martín Moreyra, tras ser baleado, fue alcanzado por el jubilado; golpeado y
rematado en la calle, según la acusación de la Justicia. Poco después,
atraparon al resto de la banda.
Cabe recordar que Jorge Adolfo Ríos, de 70 años, nació en la
localidad de Basavilbaso, vivió un tiempo en Concepción del Uruguay, pero que
se instaló en Quilmes, provincia de Buenos Aires.
De esta manera, Ríos quedó imputado por el delito de
homicidio agravado por el fiscal a cargo del caso, Ariel Rivas, titular de la
UFI N°1 de Quilmes. En un principio, fue alojado en un calabozo, pero al poco
tiempo le otorgaron la libertad. El Tribunal Oral Criminal N°18 finalmente dio
fecha para el juicio por jurados contra el jubilado: comenzará el 6 de junio de
2023. El imputado será representado por Fernando Soto, quien también defendió
al policía Luis Chocobar.
Mientras tanto, un miembro de la banda ya volvió a la calle.
El 31 de octubre pasado, el Tribunal Oral Criminal N°5 ordenó la libertad
condicional de Martín Ariel Salto, que había sido condenado a tres años y
cuatro meses por tentativa de hurto agravado: las lesiones de Ríos no le fueron
imputadas. Así, salió de la Unidad N°24 de Florencio Varela bajo caución
juratoria. Fue liberado tras cumplir dos tercios de su condena, preso desde
mediados de 2020, con una calificación de diez en los registros del Servicio
Penitenciario Bonaerense.
Ante esto, el abogado de Ríos solicitó una perimetral para
que Salto no pudiera acercarse al domicilio del jubilado a menos de 500 metros,
lo mismo a la familia, que fue concedida. No se hizo presentación alguna tras
la notificación de la excarcelación al particular damnificado.
El jubilado asegura que se defendió del ataque de los
delincuentes y que nunca tuvo intención de matar. Su abogado sostiene lo mismo,
Soto explicó que se trató de un hecho de legítima defensa. Sin embargo, una
cámara de seguridad de la zona lo muestra persiguiendo al ladrón malherido para
golpearlo y, según un testigo presencial, rematándolo en el piso. Para Ríos, de
igual modo, no fue así.
“Si me preguntás cómo me siento: me siento mal, yo no nací
para matar a nadie, pero tampoco para que me entren tres veces en la misma
noche. ¿Con qué intención quería venir esta gente?”, sostuvo el hombre en sus
primeras declaraciones a la prensa tras el hecho.
También aseguró que durante el episodio pensó “mil cosas”,
incluso que lo podían a llegar a tomar de rehén. “Yo no soy un delincuente”,
lamentó con tristeza.
La autopsia al cuerpo de Moreyra (26) determinó que la causa
de muerte fue un “paro cardíaco” y un “shock hipovolémico”, por una hemorragia
abdominal. Había dos proyectiles dentro del cuerpo. Uno ingresó “a la altura
del tórax, en la línea media axilar”, entre la sexta costilla izquierda: la
bala cruzó una vértebra para llegar hasta el hombro derecho. La otra fue
encontrada en la fosa ilíaca derecha, cerca del abdomen. Pasó por el
retroperitoneo y “rompió la aorta y la cava”, lo que llevó al shock que le
causó la muerte, publicó El Once
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