Vecinas de Concordia le salvaron la vida a un cura, los delincuentes se escaparon.
El párroco se defendió y un malviviente terminó herido.
Momentos de tensión vivió este jueves por la noche el
párroco de la Iglesia “Nuestra Señora de Itatí”, ubicada en Moulins y Perú, de
Concordia. Un joven, al que luego se le sumó otro, lo abordaron para intentar
robarle.
El violento hecho tuvo lugar a las 20:40 de este jueves,
aunque empezó unos días antes, más precisamente el sábado último. Al término de
la misa de esa jornada, un hombre se acercó al padre Roque Ravasio, se presentó
diciendo que tenía 25 años y le manifestó un día pasaría para dialogar con él.
El jueves, tras celebrar la misa, Roque Ravasio comenzó a cerrar puertas.
Se fue hasta Sacristía, que tiene comunicación con la casa parroquial, a la vez
que la secretaria de “Nuestra Señora de Itatí” se retiró. Minutos después,
golpearon la puerta de la casa, el cura abrió y atendió al joven que había
visto por primera vez el domingo.
El muchacho le reitera que quería hablar con él, por lo que
el sacerdote lo invitó a pasar. Inmediatamente después, sacó un cuchillo
Tramontina para amedrentarlo. Ambos forcejean hasta que el joven resulta
herido. No obstante, logró empujar a Ravasio, lo golpeó, le sacó los anteojos y
logró atarlo con unos precintos que había llevado.
Empieza a pedirle dinero y a revolver la casa, a la vez que
llamó telefónicamente otro que poco después llegó. Así fue que se sumó un
segundo hombre, más joven que el primero según los datos recabados por El Entre
Ríos. Siguieron revolviendo la vivienda y diciéndole al cura: “te vamos a
matar, te vamos a matar”.
En ese instante, pasaron dos mujeres caminando por la calle exterior y escucharon los ruidos dentro de la casa parroquial por lo que fueron hasta el portón del garaje y empezaron a golpear. Sin respuestas, ambas gritaron preguntando qué pasaba y los delincuentes les respondieron con evasivas. Ante esto, las vecinas les dijeron que llamarían a la Policía, cosa que efectivamente hicieron.
A los minutos, al menos 8 efectivos concurrieron a la sede
parroquial, mientras que los jóvenes alcanzaron a huir. El primero de ellos
siguió sangrando hasta su huída, incluso el abdomen del sacerdote estaba
cubierto de sangre lo que preocupó a los primeros en llegar al rescate.
Finalmente, siempre según las mismas personas consultadas,
se constató que afortunadamente solo sufrió lesiones leves en el rostro y
algunas contusiones en otra parte del cuerpo. Más allá del desorden realizado,
no se constataron elementos faltantes.
Fuente: El Entre Ríos.
No hay comentarios.